Una de las series del momento, miniserie de 5 episodios para ser más concretos, probablemente de las mejores en lo poco que va de año (poco, pero con mucha competencia en lo que se refiere a entretenimiento televisivo) es Lupin, gran apuesta francesa con distribución por parte de la plataforma Netflix. Dicha apuesta viene hecha un poco a lo seguro, dada la popularidad del nombre que da título al proyecto y, sobre todo, del intérprete principal y absoluto, que no es otro que Omar Sy, aquel actor que saltara a la fama por su papel en Intocable (tanto éxito tuvo que esta referencia le perseguirá siempre).
La declaración de intenciones de la serie ya se destapa al comienzo del primer episodio: sólo son 5 episodios y hay que aprovechar cada minuto para sorprender y cautivar al respetable, con un ritmo ágil y giros argumentales frecuentes, pero escapando cual truco de buen mago de la velocidad narrativa que caiga en ir a trompicones o contar menos de lo necesario. Precisamente para contextualizar ahorrando minutos y aligerando un producto de por sí de entretenimiento ligero puro y duro, el formato estético de revivir momentos del pasado con flashbacks funciona a la perfección.
Por lo demás, el envoltorio moderno y los engaños de prestidigitador del protagonista hacen gran complemento al carisma del actor, que hará las delicias de los ya muchos (y sobre todo muchas) seguidores/as. Le toma el pulso idóneo e integral a un personaje listo como ratón colorado, admirador de las viejas historias del legendario Arsène Lupin, que se inspira en esos golpes de astucia que emanan de las aventuras del ladrón de guante blanco para tratar de vengar por todo lo alto a golpe de guion inteligente la muerte de su padre.
Los cliffhangers dejan cada episodio en todo lo alto con enorme efectividad, y teniendo en cuenta que tenemos disponible el siguiente episodio y sólo son 5, no hay mucho motivo para no caer en una práctica que las circunstancias y las nuevas formas de consumir historias están convirtiendo en práctica habitual: la de beberse la temporada o la miniserie de una sentada o, como mucho, dos. Carne de fin de semana sin salir de casa.
Completamente recomendable pues, revisionar el mito y dar una oportunidad, palomitas en boca, a esta francopropuesta a la que cuanto menores expectativas le otorguemos, mayor satisfacción nos aportará.
JUAN CARRASCO DE LAS HERAS → [email protected]