viernes. 29.03.2024

Bulos

En veinticuatro horas, pasamos del "Sola y borracha quiero llegar a casa" al "por favor quédate en casa". El ministro de Universidades ha reconocido, en público, que su departamento tiene la misma utilidad que el cenicero de una moto puesto que en España las competencias sobre la materia están transferidas a las autonomías. El de Sanidad, que pidió se confinara a mayores y niños, tuvo que salir a rectificar horas después de que se autorizara a los niños a ir con los mayores al supermercado, bancos o farmacias.

 

En plena cuarentena, el vicepresidente del Gobierno ha sido fotografiado con una chaqueta de Zara (el demonio, para entendernos) y ha pedido derogar al mismo Rey que lo nombró. En ese tiempo, el ministro de Consumo ha solicitado, también, que se le asesorara sobre si "La Vida de Brian" es o no la mejor película sobre Semana Santa. El mismo día en que se registraba un aumento en el "pico" de muertes. La Televisión Pública programa "Diarios de Cuarentena": una serie de sketches en plan "ji, ji, ja, ja" sobre la mayor tragedia de la historia de este país con el 'camarada Carlos' (Bardem) al frente.

 

 

El PSOE y el PP se reprochan repartir bolsas de comida con el puño y la rosa o tickets de pan a un euro con las dos P y la gaviota. La oposición señala como culpables de miles de muertes a todos los miembros del Gobierno y convoca manifestaciones virtuales. A los aplausos espontáneos de los primeros días -hoy parecen los prolegómenos de un partido internacional, con el himno y las vuvuzelas- se les suman las caceroladas: contra la Monarquía, contra el Ejecutivo o contra el que discrepe. Se registran en el Congreso peticiones para que el Gobierno dimita (el mecanismo se llama moción de censura: de nada) y el líder de la oposición y probablemente futuro presidente del país se fotografía con una pose de pena en los cuartos de baño de su partido. El presidente de Cataluña pide otra vez la mesa de negociación por la independencia (el monotema) y en la ETB se escandalizan porque el Ejército esté presente en la clausura de un Hospital montado por el Ejército. Se nos pide unidad en público, pero en las redes sociales no falta un reproche ni un problema para cada solución. Todo el mundo elogia a los sanitarios y lamenta las muertes en los asilos, pero nadie garantiza que se vayan a destinar más recursos a la Sanidad en unos meses ni se vaya a recuperar la gestión de las residencias. Nadie es capaz de decir, a ciencia cierta, cuantas mascarillas hay en una ciudad tan pequeña como Ceuta. Un médico, supuesto adalid de la cosa pública, llama a romper la cuarentena y a salir a la calle.

 

Que alguien me acerque un cartón de tabaco y un transistor a la cárcel. Porque todo esto son bulos, impropios de un país con casi 25.000 muertos (contados) en tres meses ¿no?.

 

 

 

 

 

 

 

Bulos