jueves. 25.04.2024

No se queje: vote

Usted puede estar a favor de la independencia de Cataluña, del derecho a decidir y pensar que el juicio del "procés" es una farsa y una vergüenza. Usted puede estar en contra del separatismo, negar que en España haya presos políticos sino políticos presos y considerar que el juicio es plenamente garantista. Esta usted en su perfecto derecho de considerar que el aborto es un crimen o, por el contrario, sentir que es un derecho irrenunciable para la mujer.

 

Usted puede pensar que ningún ser humano es ilegal o que la inmigración es un problema, salvo que vengan con cuentagotas y mucho dinero. Puede usted pensar que la religión debe estudiarse en las escuelas o salir de las aulas. Por supuesto, supongo que tomará parte del debate sobre educación pública o privada. Tal vez, en algún momento de su vida, se haya planteado si las autonomías tienen muchas competencias, volver al centralismo o hay que avanzar a un Estado federal.

 

Tal vez usted sea de los que cree que la edad de jubilación debe ser voluntaria o que debiera ser obligatoria a los 65 años. Está en su perfecto derecho de tener un plan de pensiones o considerar que el Estado es quien debe garantizarnos el sustento acabada la vida laboral. Y puede quejarse de que pagamos demasiados impuestos; tan lícito es como si considera que hay que pagarlos para mantener el Estado del Bienestar. Y que hace falta mayor flexibilidad y menores salarios, o lo contrario. Usted estará con las energías tradicionales, o las renovables: pensará que en el cambio climático nos va todo o que es un camelo. Participará en una 'oenegé' o creerá que son chiringuitos a costa de la buena voluntad de todos. Estará a favor, o no, de los matrimonios homosexuales o de cuestiones tan delicadas como la eutanasia o la gestación subrogada. 

 

Usted  puede ser pacificista o proponer que la mili vuelva a ser obligatoria. Puede  creer que la Ley de Violencia de Género precisa de reformas o considerar que se ha quedado corta. Entiendo que alguna vez habrá debatido sobre si la tauromaquia es una esencia cultural a preservar o un crimen a extinguir.

 

Podríamos seguir así hasta la noche de los tiempos. No voy a inclinarme por ninguna de las opciones, lo dejo a su antojo. Pero tenga usted presente, querido lector, que esto es lo que nos jugamos el próximo domingo. Esto y más. No una cara, no simplemente un rostro. Recuerde cuantos murieron, en las trincheras de hace ochenta años o con la nuca ensangrentada no hace más de diez, para que usted y yo podamos votar. Acuda a la urna; vote por una candidatura, hágalo en blanco o pintorree un garabato y métalo en un sobre. Pero vote. Luego, si no, al menos ahorrese (nos) su queja.

No se queje: vote