Una vieja piragua colgada en lo que será un futuro gimnasio simboliza, mejor que nada, lo que significa la obra del renacido Pabellón 'Díaz-Flor': una canoa que sirvió al que fuera campeón mundial y, por supuesto, subcampeón olímpico en Montreal 76 para ganar una competición de fama universal, como es el Descenso del Sella. Luce ahora en un pabellón renovado, funcional, y claramente mejorado que el que todos recordábamos.
Estaba emocionado el propio Díaz Flor, acompañado en esta visita a su pabellón por otros ilustres deportistas ceutíes: la piragüista Isabel Contreras, la waterpolista y hoy consejera Lorena Miranda y dos que estuvieron a punto, rozando el palo en sus años en activo: la triatleta y entonces espadachina Susana Román y el piragüista Fouad Buchta. También un ejemplo de superación: ¿qué decir, a estas alturas, de un emblema como la cinco veces campeona mundial paralímpica Susana Rodríguez Gacha?
Emoción "contenida hasta que he visto la piragua", refiere un José Ramón López Díaz-Flor que antes del recorrido advertía a los periodistas que "si veo algo que no me gusta, lo diré". Cumple su palabra: "por poner un pero, veo poca ventilación en la pista polideportiva". La misma en la que estrenando el siglo jugaban unos (casi) desconocidos Juan Carlos Navarro, Pau Gasol o Carlos Cabezas contra Estados Unidos. "Pero supongo", concede "que ya habrá pensado algo para evitar problemas".
La instalación gusta, y mucho. Juan Vivas, presidente de la Ciudad, refiere que "se trata de un lugar que puede ayudarnos a que en el futuro salgan de aquí muchos José Ramón y muchas Lorenas". Para Vivas "Ceuta tiene algo especial en materia deportiva, puesto que los olímpicos ceutíes son más de los que corresponderían a una ciudad de nuestro tamaño"
En el deporte, encuentra Vivas una similitud con una ciudad "que comparte, que convive y que se supera frente a las dificultades" como es Ceuta "y es bueno tener instalaciones como estas, que nos permiten hacer deporte con independencia de la edad", dice antes de dar paso a Díaz-Flor. A este lo define como "uno de los mejores embajadores, y se lo que estoy diciendo, de Ceuta. Primero, como deportista y luego como gestor de altísimo nivel" al frente de la madrileña Residencia 'Joaquín Blume'. Siempre "se dice que nadie es profeta en su tierra, pero José Ramón desmonta ese dicho, y con contundencia", refiere el presidente.
El homenajeado no se queda atrás: "Yo quiero mucho a Ceuta y a los ceutíes. Y recuerdo una anécdota: mi padre -José López Silvarrey, uno de los fundadores de Los Delfines- era gallego, vino a Ceuta y no quiso salir más de aquí". Junto a ellos, Lorena Miranda, que felicita a los técnicos y señala que ha sido "un honor poner en marcha este pabellón", cuya piscina llevará su nombre: el de la -hasta ahora- última medallista olímpica ceutí. París está a la vuelta de la esquina...
