La edad de jubilación marca la impronta del devenir de una cafetería señera en Ceuta: Ismael. Llegados a este momento, su propietario Ismael que lleva cinco años esperando la edad de jubilación de su esposa para culminar juntos la actividad laboral, se plantea un cambio de vida, echando la mirada atrás desde aquél año de 1.979 cuando inició la actividad laboral en este reconocido rincón ceutí, (centro de tertulias y desayunos), junto al que era el hospital de Cruz Roja, que en la actualidad también quedó en el recuerdo, porque el discurrir del tiempo le hizo pasar a mejor vida.
El discurrir inexorable del tiempo, pone fecha de caducidad a períodos de nuestra vida y también de nuestro entorno vital. Ahora, este local de café, jamón con aceite y tomate, además de los típicos bocadillos de pata, pone también colofón a la vida laboral intensa, desde las siete de la mañana a las 21 horas de manera ininterrumpida, de quienes fueron sus valedores: Ismael y Dulce.
Por este lugar han pasado ilustres clientes: desde el exministro de Economía, Luis de Guindos hoy vicepresidente del Banco Central Europeo, a delegados del Gobierno, fiscales, jueces y todos los que en Ceuta han sido o son alguien en el contexto, político, social e institucional.
Pasados los años dorados de clientela del que fue hospital de Ceuta y de la colindante Escuela de Enfermería hasta hoy, la simpatía, agrado y buen trato a la clientela, fueron señas de identidad del conocido como "el Ismael". Ahora, su propietario y esposa Dulce Martín, llegada la edad de jubilación de ella, consideran que es momento de poner el punto final a su actividad laboral de cuatro décadas, cuando Ismael ya cuenta con 69 años. Atrás quedan los recuerdos, una vida laboral intensa, y el mejor legado que se llevan: la amistad de tantas personas que han sido sus clientes y con quienes compartieron experiencias de todo tipo. Y también sus vidas, personales y laborales.
