El Día Mundial del Riñón se conmemora este año con un llamamiento urgente a promover la igualdad en el acceso a la atención sanitaria para las personas con enfermedad renal crónica (ERC). Bajo el lema "Promoviendo la igualdad en el acceso a la atención sanitaria", la jornada destaca la necesidad de garantizar un acceso equitativo a los recursos sociosanitarios y tratamientos renales, sin importar la comunidad o el lugar de residencia.
La consejera de Sanidad y Asuntos Sociales, Nabila Benzina, ha leído el manifiesto en el stand ubicado por ALCER en la plaza de los Reyes, enfatizando la importancia de abordar esta enfermedad que afecta a una parte significativa de la población. En España, se estima que alrededor del 15% de la población, unos 7 millones de personas, padecen enfermedad renal crónica, incluyendo a aquellos que aún no han sido diagnosticados.
La ERC se ha convertido en un grave problema de salud a nivel mundial, con un aumento alarmante en la prevalencia de tratamiento renal sustitutivo. En España, este número ha aumentado más de un 30% en la última década, situándose en 1411 pacientes por millón de población, con un total de 666.982 personas en diálisis o trasplante.
A pesar de su impacto socio-sanitario, la enfermedad renal crónica sigue siendo poco reconocida por la población en general, lo que dificulta su diagnóstico precoz y tratamiento. Por ello, se insta a implementar programas de detección temprana en la población de riesgo para abordarla antes de que alcance etapas avanzadas.
Los profesionales de nefrología y los pacientes renales hacen un llamado a las autoridades sanitarias para desarrollar un plan nacional de salud renal que incluya medidas concretas para prevenir y diagnosticar precozmente la enfermedad. Se enfatiza la necesidad de dar mayor visibilidad a la ERC y promover la prevención y el diagnóstico precoz, así como de actualizar y reformular la estrategia sobre enfermedad renal crónica aprobada en 2015.
Además, se aboga por fomentar el trasplante renal y potenciar las terapias de diálisis domiciliaria, que proporcionan múltiples beneficios clínicos y mejoran la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, se advierte sobre el aumento de los costes asociados a la ERC, lo que requiere un mayor compromiso y colaboración para enfrentarla y frenar su avance.
En este sentido, se hace un llamamiento a la sociedad en su conjunto para adoptar hábitos de vida saludables y prevenir los factores de riesgo asociados a la enfermedad renal crónica, con el objetivo de reducir su incidencia y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
