viernes. 19.04.2024
SEMANA SANTA

Pasión cofrade desde la 'silla de las lágrimas'

Juan Francisco Bautista Gil ha pregonado en la mañana de este domingo la Semana Santa 2019 en el Auditorio del Revellín. Un hombre ligado a la Semana de Pasión desde la más tierna infancia, y vinculado muy estrechamente a la hermandad de la Flagelación de la que es capataz desde hace muchísimos años.

Conseguir imágenes en exclusiva, 'meter un micro' es, probablemente, el último gran reto pendiente del periodismo mundial. Pero de los cónclaves con los que se elige al Papa, se conocen algunos detalles. Uno de ellos es el de la conocida 'silla de las lágrimas'. El recién elegido como Sumo Pontífice, antes de ser anunciado al mundo, reflexiona y medita mirando a la Plaza de San Pedro. Todos suelen romper a llorar: por la presión del cargo recibido, la tensión del acto, la satisfacción por calzarse las sandalias del pescador o ese recuerdo de tiempos pasados que de vez en cuando nos asalta en los momentos más importantes. Instantes después, las cortinas rojas se despliegan sobre las columnatas de Bernini para que el camarlengo anuncie que “Habemus Papam”.

 

Juan Francisco Bautista Gil no va a ser Papa. Es un funcionario de Justicia, de mediana edad, casado y con tres hijos. Pero si comparte con los Sumos Pontífices la emoción, sobre una silla de madera, previa a un momento trascendental. A solas, con las autoridades presentes a la derecha del escenario del Revellín, justo enfrente suya. Ya ha abandonado su compañía Ignacio Fernández de Navarrete, al que como pregonero de 2018 le corresponde presentar a su sucesor. La Banda de Música Ciudad de Ceuta ejecuta de forma magistral una marcha cofrade. El pregonero se queda solo, tratando de contener las lágrimas. Instantes después, no se le abren las cortinas de uno de los lugares más impresionantes del mundo, no bendice 'urbi et orbi', pero tras el formalismo quedan solos el. El hombre y su verdad.

 

No exactamente solos. Antes de comenzar su Pregón, deposita dos estampas, fervorosamente besadas. Supone el cronista que se trata de las imágenes de la Caridad y la Flagelación, a cuyos pies, por cierto, duerme el pregón en la madrugada del domingo. Y comienza con recuerdos para la cuadrilla de su vida: sus padres y suegros, ya fallecidos. Su mujer, “la contraguía perfecta”. Sus hijos y sobrinos, “mi mejor chicotá”. Su cofradía. Los que ya no están; Higinio Molina, comunicador de tantas cosas de Ceuta, tiene un recuerdo del pregonero en los primeros momentos.

 

Y así, hasta el final de un pregón salpicado de vivencias cofrades. De un hombre cuyos recuerdos de niñez están indefectiblemente ligados a tantas recogidas de Los Remedios. Cuya fe es íntima y constante, como destaca su antecesor a la hora de presentarlo. Y de alguien que trabaja los doce meses del año en una cofradía que está de aniversario: medio siglo de Caridad, un cuarto de Flagelación. El miércoles 17 de abril, las puertas del oratorio de la Flagelación volverán a abrirse, y como tantos otros Miércoles Santo ahí estará Bautista, al frente de su cuadrilla. Pero este año será diferente. Para el, será el año en que pregonó la Semana Santa de su tierra. La Semana Mayor que comenzó, cara al público, sentado en la silla de las lágrimas.

 

Pasión cofrade desde la 'silla de las lágrimas'