La reciente publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la Resolución del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria que establece el plazo para la presentación de solicitudes destinadas a la obtención de la acreditación de enfermeras en Ceuta y Melilla para la prescripción de medicamentos y productos sanitarios representa un paso significativo en la consolidación de las competencias de estas profesionales de la salud.
Este avance permite a las enfermeras de ambas ciudades indicar, usar y autorizar la dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano bajo determinadas condiciones y protocolos establecidos. Aunque celebrado por el Sindicato de Enfermería (SATSE), se ha hecho hincapié en la necesidad de abordar ciertos aspectos pendientes para garantizar un ejercicio pleno y seguro de esta función.
Dentro del marco establecido por la normativa vigente, las enfermeras acreditadas tienen la facultad de prescribir medicamentos no sujetos a prescripción médica, es decir, aquellos comúnmente denominados medicamentos OTC (Over The Counter). Estos incluyen fármacos para el tratamiento de afecciones menores, como analgésicos, antipiréticos y antihistamínicos, entre otros.
Además, para las enfermeras especializadas, se abre la posibilidad de indicar y prescribir ciertos medicamentos sujetos a prescripción médica. Sin embargo, esta capacidad se encuentra limitada por guías clínicas y protocolos aprobados por la Comisión Permanente de Farmacia, los cuales aún se encuentran pendientes de completar y publicar.
El Sindicato de Enfermería ha señalado la importancia de avanzar en la elaboración y publicación de estos protocolos, destacando que su falta limita el ejercicio pleno de la prescripción enfermera en distintos ámbitos de la práctica asistencial.
La prescripción de medicamentos por parte de las enfermeras acreditadas está sujeta a rigurosas regulaciones y supervisión por parte del INGESA, garantizando el cumplimiento estricto de las normativas y procedimientos establecidos en la legislación vigente. Este paso representa un reconocimiento fundamental de las capacidades y responsabilidades crecientes del colectivo de enfermería en el ámbito sanitario.
