Las mujeres iraníes no están solas y así lo han querido mostrar famosas a lo largo de todo el mundo, desde actrices francesas a eurodiputadas, pasando por mujeres anónimas que están cortándose el pelo frente a la cámara y subiéndolo a sus redes sociales para mostrar su solidaridad con sus hermanas iraníeas que estos días siguen protestando tras el asesinato de Mahsa Amini, de apenas 22 años, apaleada por la policía moral tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico.
El símbolo de cortarse el pelo es una antigua tradición persa de protesta y tristeza. Un acto que están llevando a cabo las mujeres iraníes en sus protestas, que se extienden ya desde hace 3 semanas, y al que se han sumado actrices de renombre como las francesas Juliette Binoche y Marion Cotillard o la presentadora española Lourdes Maldonado. Pero quizás una de las más relevantes, por el lugar donde se produjo este gesto simbólico, fue la eurodiputada sueca Abir Al-Sahlani, de origen iraquí. Lo hacía en la sede del Parlamento Europeo, sacando unas tijeras en plena intervención y señalando que "nosotros, ciudadanos de la Unión Europea, demandamos la detención inmediata e incondicional de la violencia contra mujeres y hombres en Irán", poniendo sobre la mesa no solo lo sucedido con la joven Amini, sino también la represión iniciada contra las protestas en las que también participan hombres.
Una represión que ha dejado ya 154 muertos en las últimas tres semanas y que hace unos días se extendía también a la universidad de Teherán, en la que un grupo de estudiantes quedaba atrapado en un aparcamiento que había sido rodeado por las fuerzas de seguridad.
Entretanto, los dirigentes iraníes responsabilizan de estas protestas a potencias extranjeras, como Estados Unidos e Israel, lejos de mirarse en el espejo y ver cómo es la falta de libertad de las mujeres, que acababa llevando a una joven de 22 años a la muerte, la que ha provocado unas protestas cuyas imágenes están dando la vuelta al mundo y generando una ola de solidaridad femenina sin medidas. Una ola de solidaridad que, por el momento, no se ha dejado ver en Ceuta.