Si algo tiene J. Bayona es que no se amilana ante grandes retos. Hace bastante que dirigió su trayectoria hacia las grandes producciones, y hay que reconocerle el mérito de hacerlas bien, puesto que no resulta nada fácil verse a los mandos de un portaaviones y llevarlo a buen puerto.
Sirva a modo introductorio decir que la película está ambientada en 1972 y basada en los conocidísimos hechos reales que inspiraron entre otras obras, la famosa ¡Viven!, y que sitúa en el foco de la atención a un vuelo de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile, que acabó estrellándose en pleno corazón de los Andes. Solo 29 de sus 45 pasajeros sobrevivieron al accidente. Atrapados en uno de los entornos más hostiles e inaccesibles del planeta, deberán recurrir a medidas extremas para seguir vivos.
Mucho más allá de que mayoritariamente conozcamos los acontecimientos y se sepa de sobra lo que va a ocurrir a lo largo del metraje a poco que uno tenga mínima idea del asunto o se moleste en mirarlo, mucho más allá también de los elementos que han hecho especialmente famosa esta historia y que tienen que ver con la supervivencia extrema (el director no elude tocar tema alguno de igual forma que no se recrea en el morbo), esta cinta trata de camaradería, de personas, de superación, de debilidades humanas, de la ley salvaje de la naturaleza en su estado más puro… y, claro está, de capacidad de adaptación ante lo imposible, que diría el propio Bayona en un alarde de humor.
Se trata de una cinta meticulosamente construida desde un elenco tan desconocido fuera de Uruguay como efectivo, con el despliegue técnico y artístico que demanda una propuesta como la que nos atañe, apabullante en lo visual, luciendo montañas agrestes y heladísimas, y también preciosista en lo a fuego lento que se cuece el transcurso de cada día y en las interacciones de los supervivientes.
Especialmente impactante resulta la escena del desplome del avión, y emocionante el rescate final, muy meritorio teniendo en cuenta que se trata de una parte de la película que vemos venir desde el principio, y no por ello exenta de la dosis épica que logra transmitir e un espectador que se siente integrado dentro de la historia de principio a fin de esta notabilísima película que ha sido holgadamente reconocida (entre otros méritos con las nominaciones al Globo de Oro a la Mejor película de habla no inglesa o las 13 nominaciones a los Premios Goya, Mejor película y Dirección incluidas).
Respetuosa, impecable en lo narrativo y efectiva en lo que se refiere a dotarle de alma, Bayona se destapa a lo grande en esta descarnada y gélida epopeya.
Puntuación: 8
JUAN CARRASCO DE LAS HERAS → [email protected]