En el Día contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas levantamos nuestras voces en solidaridad con las víctimas que cada día sufren una de las peores formas de violencia, sometimiento y vulneración de derechos humanos, especialmente padecida por mujeres, niñas y niños.
La trata de personas es una de las manifestaciones más brutales de esclavitud contemporánea. A través de engaños, coacción, violencia y privación de libertad, millones de personas son explotadas sexual y laboralmente, reducidas a la condición de mercancía en manos de redes delictivas. Esta realidad no es ajena a nuestras fronteras. En España, cada día miles de personas sufren este flagelo que, en su expresión más atroz, se traduce en prostitución forzada, explotación laboral y mendicidad obligada.
Esta grave problemática no es solo una cuestión criminal, sino una vulneración flagrante de los derechos humanos más fundamentales: el derecho a la libertad, a la dignidad y a la integridad física y moral. La trata de seres humanos destruye vidas, erosiona comunidades y profundiza las desigualdades de género, clase y origen.
En este siglo XXI, en el que defendemos el avance de los derechos humanos, la existencia de formas modernas de esclavitud es inaceptable, así como las nuevas formas de captación y coacción a través de redes sociales y herramientas digitales. Combatir la trata de personas no es una opción, sino un imperativo ético y legal que no puede ser aplazado. La comunidad internacional, a través de instrumentos como la Directiva Europea 2011/36/UE sobre la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y la protección de sus víctimas, ha dado pasos importantes hacia una mayor coordinación y contundencia en la lucha contra esta lacra.
Desde el Partido Popular consideramos que es urgente la aprobación de una Ley Integral contra la Trata, un marco legal que aborde la problemática de manera transversal, asegurando no solo la persecución eficaz de las mafias y la protección de las víctimas, sino también la prevención de este delito. Este proceso legislativo debe contar con el mayor consenso posible entre todas las fuerzas políticas, y basarse en un enfoque que priorice los derechos humanos de las víctimas, brindándoles protección, asistencia jurídica y acceso a recursos de recuperación y reinserción.
Este futuro marco legislativo debe contemplar, entre otros aspectos:
- Un enfoque de género y derechos humanos, dado que la mayoría de las víctimas son mujeres y niñas, y la explotación sexual es una manifestación extrema de la violencia de género.
- Medidas integrales de protección para las víctimas, que aseguren su derecho a la asistencia social, legal y psicológica, así como a la regularización de su situación migratoria.
- Mecanismos efectivos de prevención, que aborden las causas estructurales que propician la trata, como la pobreza, las desigualdades y la demanda de servicios sexuales o trabajo forzado.
- Dotar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de herramientas suficientes para perseguir a las mafias que tratan con seres humanos.
- Refuerzo de la cooperación internacional y la coordinación entre las instituciones nacionales y europeas, para enfrentar redes transnacionales que se lucran de esta actividad delictiva.
- Educación y sensibilización de la ciudadanía, especialmente de los jóvenes, para combatir la normalización de la explotación y fortalecer una cultura de respeto a los derechos humanos, contando con la colaboración y participación de las entidades especializadas y las víctimas.
La lucha contra la trata de seres humanos es una responsabilidad de todos. No podemos permanecer indiferentes ante el dolor de quienes sufren explotación y esclavitud. Hoy es el momento de actuar, de comprometernos y de exigir un futuro donde la trata de personas sea erradicada para siempre.
Por un mundo libre de explotación, por un presente y un futuro de dignidad y respeto.
¡No más trata, no más esclavitud!