jueves. 25.04.2024
OBITUARIO

El fútbol se queda huérfano: muere Pelé a los 82 años

Edson Arantes Do Nascimento, Pelé, ha muerto. El considerado por muchas personas como mejor jugador de la historia ha fallecido en un hospital de Sao Paulo a los 82 años, en el que estaba ingresado desde hacía semanas. Pelé, que llevaba varios meses prácticamente recluido en su casa, había visto como su salud se deterioraba considerablemente en los últimos años

Pelé, en la final del Mundial de México 70
Pelé, en la final del Mundial de México 70

O Rei ha muerto. Edson Arantes do Nascimento, Pelé, no ha podido superar las últimas complicaciones derivadas de su estado de salud y ha fallecido a los 82 años en un hospital de Sao Paulo, donde ingresó hace algunas semanas para tratarse del cáncer que padecía, complicado al final con el coronavirus. Supone un nuevo batacazo para el ‘planeta fútbol’, que hace dos años perdía a la gran antítesis de Pelé: Diego Armando Maradona, a los 60 años de edad.

Diego Armando Maradona y Pelé: dos jugadores de leyenda fallecidos con apenas dos años de diferencia
Diego Armando Maradona y Pelé: dos jugadores de leyenda fallecidos con apenas dos años de diferencia

La muerte de Pelé llega tras varios años en que la salud del astro brasileño parecía haberse ido apagando. De hecho, llevaba meses sin poder salir de su domicilio, entre la pandemia y sus problemas de movilidad, que le tenían postrado en una silla de ruedas. La muerte del hombre nacido en Tres Coraçoes en 1940 ha sido un trauma para el gigante sudamericano, pero no una sorpresa. En las últimas horas, el Santos, el club de su vida, había comenzado ya a prepara el estadio Urbano Caldeira, en Sao Paulo, para la despedida del astro, que prácticamente alcanzará la categoría de funeral de Estado. Sus hijos y nietos se han congregado desde hace unos días en el Hospital "Albert Einstein", donde ha fallecido, y ya en la jornada del lunes sus familiares residentes fuera de Brasil habían comenzado a llegar al país. Neymar Jr, también jugador criado en el Santos y que en Qatar le igualó como máximo goleador en competición oficial de la 'canarinha' , recogió en su nombre el trofeo al mejor jugador de la historia otorgado por una conocida empresa cervecera.

El estadio del Santos, preparado para los funerales
El estadio del Santos, preparado para los funerales

Poco decir, por otra parte de Pelé, que no se sepa. Su leyenda comienza cuando, en 1950, Brasil sufre uno de los mayores golpes de su historia y pierde el mundial contra Uruguay en Maracaná. Su padre, fanático del fútbol y jugador aficionado, rompe en lágrimas. Pelé, entonces un niño, trata de consolarlo con la promesa de ofrecerle una Copa del Mundo. Su progenitor lo manda a callar y le insulta llamándole “pelele”. De ahí el apodo.

Pelé junto a su "hermano Eusebio", como le llamaba, en la final de la Intercontinental que el Santos ganó al Benfica de Lisboa
Pelé junto al jugador al que más admiró:  su "hermano Eusebio", como le llamaba, en la final de la Intercontinental que el Santos ganó al Benfica de Lisboa

No cumplió su promesa exactamente: en vez de ganar una Copa del Mundo, logró tres, al margen de pasearse por el campeonato estatal durante años, en los que su Santos impuso su ley. Es el máximo goleador de la historia del fútbol y fue también uno de los pioneros en retirarse en ligas exóticas, en aquel Cosmos de New York en el que llegó a compartir vestuario con Franz Beckenbauer,  su compatriota y amigo Carlos Alberto o Giorgio Chinaglia, el capitán del 'Lazio de las pistolas'.

Con Pelé no sólo se va un futbolista: se va el último símbolo de un Brasil que tras la primera mitad del pasado siglo, ofreció al mundo arquitectos como  Oscar Niemeyer o  cantantes como Caetano Veloso y Antonio Carlos Jobim. Y también un hombre con una tormentosa vida personal, llena de infidelidades matrimoniales y que tuvo que pasar por amargos trances como enterrar a una hija o ver como a otro lo condenaban a cadena perpetua. Su última aparición, posiblemente, sea en un documental de Netflix en el que impresiona ver como dependía de una silla de ruedas y de un bastón al hombre al que no pudo parar, prácticamente, ninguna defensa.

 

Como dice el tópico, O Rei ha muerto. Dios salve al Rey

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