Puede parecer mentira, a poco que se conozca algo de la trayectoria de ambos equipos, pero lo que en principio debería ser un clásico del fútbol europeo celebre hoy... su segunda edición. Se trata del Celtic de Glasgow-Real Madrid. El club católico de Escocia, primero en lograr la máxima competición continental para el Reino Unido, y el del Santiago Bernabéu sólo se han enfrentado en una ocasión con carácter oficial.
Fue hace 42 años. Y con protagonismo especial para uno de los grandes jugadores de la historia del club blanco, que además es uno de los grandes estandartes del deporte ceutí: José Martínez "Pirri". Esta tarde estará en Celtic Park, coliseo verdiblanco, como invitado especial.
Y en el recuerdo de Pirri, así como de muchos aficionados, aquel enfrentamiento. Duelo en que muchos entendidos consideran que nació el Real Madrid de las remontadas. "Yo no jugué al final aquí, porque estaba lesionado, pero perdimos 2-0", recuerda en declaraciones a los medios oficiales del Real Madrid. "Luego en la vuelta conseguimos remontar por 3-0". En efecto, Carlos Alonso "Santillana" marcaba antes del descanso. En la reanudación, empataba la eliminatoria y casi al final del partido, otro 'santo y seña' de aquel Madrid, el malogrado Juan Gómez "Juanito" dejaba la eliminatoria en el lado de los locales. "Milagro en el Bernabéu", titulaba la prensa especializada al día siguiente.
El "Milagro" no pudo ser completo. Eso fue en cuartos de final: en semifinales el todopoderoso Hamburgo se deshizo de los merengues, que no pudieron cumplir su sueño de ganar la 'Séptima' en el Santiago Bernabéu. Eso sí, el coliseo blanco fue testigo, en esa final, de un hecho sin precedentes ni repeticiones: un club lograba más Copas de Europa que Ligas. Cuatro años antes, el Nottinghan Forrest lograba el ascenso a la Primera División inglesa. En una época en la que la Copa de Europa solo la disputaban los campeones de Liga, a los del peculiar e inigualable Brian Clough les dió tiempo a ser campeones -recien ascendidos-, y ganar dos Copas de Europa.
Ese fue el último año de Pirri en el club blanco. En 1980, emprendió el camino de las Américas. Concretamente, a México: el Puebla -con Asensi de compañero- fue el último club en el que el bravo jugador ceutí se vistió de corto. Llegó a jugar en Ceuta un torneo de verano contra el Atlético de Madrid de Luis Aragonés y un jovencísimo Hugo Sánchez y la Agrupación que entonces trataría de recuperar su plaza en Segunda con Manolo De la Torre en el banquillo. Un camino, el mexicano, que luego seguirían Bakero, Butragueño, Michel, Martín Vázquez, Pardeza, Rafa Paz o Marc Crosas --entre otros- y que ahora sigue otro producto de la cantera blanca: el asturiano Álvaro Fidalgo, al que no pocos medios piden que se nacionalice mexicano para poder así defender los colores del "Tri" en el Mundial de Qatar.
Pero esa es otra historia. Hoy juegan el Celtic y el Real Madrid en un escenario inigualable: el templo donde ejerce como local uno de los clubes más peculiares e imprescindibles de la historia. El mismo que estuvo a punto de eliminar al Madrid con diez escoceses en la alineación titular. El mismo estadio al que regresa, por primera vez y con los honores que solo merecen las leyendas, un hijo de la calle Jaúdenes: José Martínez Sánchez "Pirri". Por cierto, el también se ve reflejado en un joven fichaje del Real Madrid. Su nombre: Aurelien Tchouameni...