domingo. 28.04.2024

Antes de desarrollar el titular, lean con atención la siguiente frase: Isa Contreras está en las semifinales del Mundial de Piraguismo. Pase lo que pase a partir de ahora, ocurra lo que ocurra, Isa Contreras está entre las mejores del mundo. Pero no es la primera vez: es su ecosistema, su modus vivendi, su plan veraniego desde que era apenas una niña y ya sabía que lo iba a tener difícil para hacerse un hueco en la flor y nata del piragüismo mundial.

Hoy se ha metido en la semifinal del K1-500 en Duisburgo (Alemania), donde no ha pasado segunda de su serie a apenas unas décimas de la primera clasificada. Mañana, le espera una semifinal, en la que le bastaría con repetir la actuación de hoy para meterse en la final. Y en la final, con estar entre las seis primeras para que la Real Federación Española de Piragüismo gane una plaza en París.

Si: la Federación. La misma que convocará un control selectivo el próximo año en el que, si Isa va bien, si tendrá el billete cerrado para los Juegos de París. Su segunda cita olímpica, tras alcanzar las semifinales en unas olimpiadas de las que siempre quedará el amargo recuerdo de las gradas vacías por la pandemia y el ejemplar y evocador comportamiento de Tokio.

Hasta entonces, queda tiempo. Hasta entonces, Isa Contreras puede tener ese día de mala suerte, ese mal fario que a todos se nos cruza alguna vez por el camino. Pero también la suerte que ella merece, si damos por bueno aquello de que la fortuna premia a quienes la buscan. Ella lo hace: con tesón, desde que era una niña. Si lo consigue, nos pegaremos a la tele para verla en la Ciudad de la Luz. Si no lo consigue, no lo olviden: ya estuvo en unos Juegos y está en las semifinales de un Mundial, entre otros logros que son tantos hasta el punto de que tienen problemas para enumerarlos de memoria en el club que es su casa, Los Delfines. Ahí, como en el resto de la ciudad, es leyenda. Pase lo que pase, recuerden: una ceutí entre las mejores del mundo. No es poca cosa, desde luego... 

Isa Contreras agranda su leyenda y está un paso más cerca de sus segundos Juegos Olímpicos