Una de las principales novedades del curso escolar que acaba de comenzar es la que convierte a toda la Formación Profesional en Dual. Una modalidad restringida hasta ahora a titulaciones concretas y que tiene por objetivo complementar la formación del alumnado en la empresa. No se trata, explican desde la Junta de Personal Docente, de aumentar el periodo de prácticas, sino de que parte de la formación salga de las aulas y se imparta en los centros de trabajo. Una idea buena, a priori, porque trata de facilitar la integración en el mundo laboral de quienes cursan Formación Profesional, permitiéndoles, además, conocer de primera mano el trabajo en el ámbito laboral porque el que han optado, pero que se enfrenta, como casi siempre, a la falta de recursos y medios.
“El problema – señala Francisco Lobato, presidente de la Junta de Personal Docente – es que el Ministerio publica una legislación pero no prevé lo que va a venir”. Esto lleva, continúa, a que “tienes que impartir formación dual pero te faltan medios y recursos de todo tipo”. Y es que, ha continuado, durante el pasado curso, que debería haber sido de transición, la misma ha brillado por su ausencia, no se ha facilitado a los docentes la formación necesaria respecto al nuevo sistema y “el profesorado ahora se está buscando la vida”. En definitiva, ha subrayado, la situación en estos primeros compases del curso es “un auténtico desastre”.
Y eso, insiste, siendo una buena idea. “El avance es que haya una corresponsabilidad entre empresa e instituto, que el alumno tenga más tiempo en la empresa, tanto en la parte teórica como en la parte práctica” y que, añade, “cuando esa persona termine, al día siguiente esté preparada para entrar a trabajar”. Una buena idea que, sin embargo, no ha llevado aparejadas por parte del Ministerio de Educación, que ostenta las competencias en Ceuta, las modificaciones necesarias.
Porque la FP Fual es algo más que el aumento del periodo de prácticas. La nueva modalidad implica que dos tercios de la formación se imparte en las aulas, mientras que el tercio restante se imparte en el centro de trabajo pero ¿cómo se va a regular? Y lo que es más importante ¿cuenta Ceuta con un tejido productivo suficiente para asumir a todos los alumnos, de todas las especialidades, que cursan FP en la ciudad? Esta es una de las cuestiones básicas y que ahora más preocupa a los docentes. Durante el pasado curso fueron 3.248 los alumnos que cursaron Formación Profesional en Ceuta (la cifra de este año aún no está cerrada por continuar abierto el periodo de matriculación), de ser similar la cifra de este curso, ese será el número de alumnos que tendrá que realizar parte de su formación en las empresas de la ciudad.
La crítica, como casi siempre, va más allá de la bondad de la idea y tiene que ver con la falta de previsión, con la ausencia de medidas de transición durante el pasado año y de la dotación de herramientas a los docentes. Una falta de previsión que no se comprende por parte del presidente de la Junta de Personal Docente que recuerda que ya en el inicio del pasado curso se sabía que este año toda la FP sería Dual, tiempo más que suficiente para que el Ministerio hubiera trabajado con centros, docentes y empresas para que en este inicio de curso estuvieran solventadas todas las dudas respecto a la misma.