jueves. 25.04.2024
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La 'saga de los Sánchez-Menchén': talento ceutí para exportar al mundo

Rodrigo Sánchez Menchén, de 17 años de edad, saldrá próximamente de Ceuta para estudiar fuera. Hasta ahí, podría parecer todo normal, de no ser porque estudiará -becado- en uno de los centros de Colegios del Mundo Unidos: una organización que pretende fomentar el entendimiento entre jóvenes de los cinco continentes, con independencia de sus condiciones económicas y sociales. La misma en la que estudia la Infanta Leonor; la misma en la que fue seleccionado su hermano Pepe.

Aquel 2005 fue un año intenso. Recapitulemos, siquiera por encima: Madrid perdía los Juegos Olímpicos de 2012 en una ajustada votación con París y Londres, 24 horas antes de que la capital británica sufriese uno de los mayores atentados terroristas de su historia. Y generaciones de ciudadanos de todo el mundo vivíamos un acontecimiento que solo habíamos conocido por los libros de historia: la muerte de un Papa, Juan Pablo II, y un cónclave que a mediados de abril dejaba en el trono de Pedro a Benedicto XVI. A final de año, España vivía dos acontecimientos importantes: Fernando Alonso se convertía en el primer español en ganar un Mundial de Fórmula 1 y el país tenía nueva heredera al trono: nacía Leonor de Borbón. Pero no fue ese el único nacimiento que nos interesa: el 3 de agosto, en una jornada de feria y calor, Pepe e Irene daban la bienvenida a su segundo retoño. Rodrigo.

 

Diecisiete años después, los caminos de la futura Reina de España y aquel niño nacido en las horas previas a la Ofrenda Floral a Santa María de África se vuelven a cruzar. Lo hacen a través de la organización "Colegios del Mundo Unidos". Se trata de una entidad fundada a mediados del siglo pasado, que pretende que los alumnos con unas altas capacidades puedan compartir vivencias para promover la paz y el entendimiento entre jóvenes que un día asumirán liderazgos. No es un colegio elitista: chavales de todos los puntos del mundo comparten habitación para propiciar, así, el intercambio de experiencias.

El caso es que Rodrigo no es el primer miembro de su familia en acceder a este colegio. Su hermano, Pepe, lo hizo hace dos años. "El mejor amigo de mi hermano es un refugiado iraquí, y comparten habitación con otro chaval de Irán". Cuando le decimos que, si tienes cierta edad y escuchas las palabras Irán e Iraq en la misma frase piensas en la guerra de los 80, responde con una seguridad asombrosa pese a sus años: "Claro. Por eso".

 

Rodrigo va becado, tras superar un proceso de selección de miles de alumnos. Su hermano Pepe -al que el confinamiento, por cierto, sorprendió en Canadá- ya logró superar la exigente criba hace un par de años. Actualmente, está en Tanzania, en un colegio de esta entidad. Rodrigo está "dispuesto a aprovechar la oportunidad", aunque en su caso su destino será más cercano.

Sus preferencias: Italia o Alemania. El motivo no es otro que sus aspiraciones profesionales: quiere ser violinista profesional y ambos países rivalizan no solo en el fútbol, sino en saber cual de los dos es el más importante en la música clásica. De hecho, esta entrevista se realiza en el Conservatorio Municipal -nuestro agradecimiento por las facilidades dadas-, y algunos profesores y alumnos a los que interrumpimos las clases se dan cuenta, en ese momento, del inmenso talento que tiene ese chaval al que conocen de ver por los pasillos. "Enhorabuena, no lo sabíamos", dicen tras concluir.

Rodrigo Sánchez partirá en septiembre. El segundo de la saga Sánchez-Menchén. Un niño nacido en 2005, y que este año ha logrado además una beca de pregrado en Yale. Por cierto: otro detalle de aquel año para concluir. Mohamed El Baradei -alto funcionario egipcio al frente del comité contra las armas químicas- concluía ese año recogiendo el Premio Nobel de la Paz. El mismo al que aspira la organización que ya tiene a dos ceutíes entre su lista de integrantes...

 

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