Si nadie lo remedia, el curso académico 2022-2023 comenzará con la peor noticia que puedan imaginar familias, alumnos, docentes y demás personal de los centros educativos de Ceuta: los colegios e institutos de la ciudad autónoma no contarán con enfermeras y enfermeros escolares este año a pesar de que lo vienen haciendo desde el curso 2018-2019, antes de la pandemia del coronavirus.
La secretaria general autonómica de SATSE Ceuta, Elisabeth Muñoz, se ha reunido este jueves 25 de agosto con el consejero de Educación y Cultura del Gobierno autonómico, Carlos Rontomé, quien le ha trasladado que la Delegación del Gobierno no ha mandado a la Ciudad Autónoma presupuesto para contratar a la enfermería escolar.
Aunque la nueva edición de los Planes de Empleo vaya a ser gestionada por la Ciudad Autónoma, después de que la Delegación del Gobierno le cediese esta competencia sobre los mismos, es la Administración General del Estado la que tenía que haber enviado esas plazas al Gobierno autonómico junto al resto de categorías que conforman estos programas.
Un paso atrás que significa que no habrá profesionales en los centros educativos de Ceuta para la atención continuada de estudiantes con problemas crónicos de salud (asmas, alergias, diabetes o epilepsia, entre otros), pero tampoco para evitar conductas y hábitos no saludables ni para intervenir en caso de emergencia. Una ausencia que puede costar vidas.
En definitiva, han explicado desde el sindicato, un suspenso para la Delegación del Gobierno en Ceuta por obviar una demanda tanto de la ciudadanía como del profesorado y de la profesión enfermera ya que, solo en Ceuta, entregamos a la Ciudad Autónoma y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) más de 7.000 cartas de familias solicitando una enfermera o enfermero en todos y cada uno de los colegios e institutos de Ceuta en favor de la seguridad en las aulas y de los cuidados de nuestros hijos e hijas, de nuestro futuro.
Al parecer, han señalado desde SATSE, la Delegación del Gobierno esgrime que la fase actual que atraviesa la pandemia del coronavirus hace que los enfermeros y enfermeras escolares sean prescindibles. Sin embargo, a la institución de la plaza de los Reyes le falla la memoria ya que estos profesionales están en los centros educativos de Ceuta a través de los Planes de Empleo desde el curso académico 2018-2019, antes de que la COVID-19 irrumpiese en nuestras vidas.
El consejero de Educación y Cultura, Carlos Rontomé, ha dejado una puerta abierta a encontrar una alternativa para que los centros educativos puedan incorporar esta figura en el curso académico 2022-2023. A propuesta de SATSE Ceuta, se ha comprometido a abordar esta cuestión de suma importancia con el consejero de Sanidad, Alberto Gaitán, ya que el bienestar y los cuidados de los niños, niñas y jóvenes son asuntos de salud pública y, como tal, la Ciudad Autónoma tiene competencias.
Apenas 24 horas antes de esta reunión con Rontomé, SATSE criticó a la mayoría de las consejerías autonómicas por no haber implantado de manera generalizada la enfermera escolar en sus respectivos centros. No obstante, puso como honrosas excepciones a Andalucía, Madrid o Ceuta ya que han apostado hasta ahora por esta figura que beneficia al alumnado, sus familias y al conjunto de la comunidad educativa.
SATSE Ceuta espera que las administraciones reconsideren su postura y no dejen desatendida sanitariamente a la infancia y juventud ceutí en los colegios e institutos porque, durante los últimos cuatro cursos, la enfermería escolar ha estado dando excelentes resultados e incluso ha salvado vidas, como recordarán en la Delegación del Gobierno.
Cuál es la función de la enfermería escolar
SATSE recuerda que, además de la labor asistencial y de cuidados al alumnado siempre que lo requiera, las enfermeras y enfermeros pueden desarrollar una importante labor formativa, informativa y de sensibilización de cara a lograr que los niños, niñas y jóvenes adquieran hábitos de vida saludables que les alejen del tabaco, alcohol o las drogas, por ejemplo, o que eviten problemas de salud, como la obesidad.
“Las necesidades asistenciales y de prevención y promoción de la salud que existen en todos los centros educativos debería ser siempre lo primero para nuestros responsables públicos, pero siguen destinando más recursos y medios a otros ámbitos u objetivos que entienden les van a resultar más provechosos de cara a futuras elecciones”, señala.
En este sentido, el Sindicato de Enfermería recalca que el coste de la figura de enfermera escolar sería de 16 euros a 20 euros por habitante al año, un precio irrisorio si tenemos en cuenta las innumerables ventajas y beneficios en salud que conlleva su implantación generalizada. “La salud no tiene o no debería tener precio, pero para las administraciones públicas sí lo tiene, aunque suponga poner en peligro la seguridad asistencial en los centros escolares”, añade.
