En una presentación llena de ritmo y cachondeo, han relatado cómo montaron su negocio de hamburguesería, con el hijo de Rodolfo Sancho como proveedor de carne, desatando las risas del público con su peculiar historia.
El primer pasodoble ha sido un viaje nostálgico por los recuerdos de la chirigota, desde los tiempos de antaño hasta las coplas de Pepe Romero, evocando el sabor puro del carnaval ceutí.
Con el segundo pasodoble, han abordado la crítica social, denunciando la desatención al extrarradio y la situación de dificultad que enfrentan muchas familias mientras los políticos disfrutan de subidas de sueldo.
Los cuplés no han escatimado en crítica, denunciando la inflación y la subida de precios de los alimentos, con menciones a figuras políticas locales al final de cada uno.
El popurrí ha profundizado en el tipo de negocio elegido y las complicaciones de pedir comida a domicilio, todo envuelto en un derroche de humor y locura que ha conquistado al público presente.
Al finalizar su actuación, han comparado la chirigota con preparar un bocadillo, comiédose los corazones destacando la importancia de disfrutar y compartir el humor sin necesidad de ser un "papa frita".