jueves. 28.03.2024
ENTREVISTA

“Cualquiera en nuestra situación hubiera hecho lo mismo o hubiera muerto”

Sergio Catalán, un anónimo arriero chileno, hizo por casualidad un descubrimiento que sobresaltó al mundo entero una fría jornada de diciembre de 1972. Dos jóvenes palidecidos, con dificultades para caminar y los labios ensangrentados, le hicieron llegar una carta desde la otra orilla del río donde pastoreaba a su ganado. “Somos supervivientes de un avión que se estrelló en Los Andes. Ayúdenos”, decía aquel mensaje. Aquellos jóvenes, Roberto Canessa y Fernando Parrado, habían recorrido a pie la cordillera andina para buscar ayuda para los supervivientes de un accidente acontecido 72 días antes. Habían sobrevivido, entre otras cosas, comiendo carne de algunos de los cadáveres. Uno de esos jóvenes, Nando Parrado, atiende a las preguntas de Ceuta Televisión.
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No se si Fernando Parrado será un hombre creyente, pero me da la impresión de que ver a Catalán sería, poco menos, que ver a Dios para ustedes…

Lo que vi fuè la primera posibilidad de sentir que mi vida no iba a terminar en esas montañas. Ver un ser humano después de tanto desesperanza, fuè una visión que jamàs olvidarè.

 

Cuénteme. ¿Ha pasado alguna jornada, en estos casi cincuenta años desde esa experiencia, sin recordar por un solo instante lo que ocurrió?

La verdad es que si no me preguntan algo, para mi es algo del pasado. No reniego de ese pasado, pero no vivo de acuerdo a ese pasado. Mi vida ha estado llena de otras cosas importantes como la familia, negocios, deportes, éxitos, fracasos, hijos, nietos, amigos, viajes, lugares….Lo que pasó, pasó…nunca miré hacia atrás.

 

Lo que más se recuerda de aquel hito fue no solo la supervivencia de ustedes, sino como lo hicieron: cortando carne de algunos cadáveres para poder alimentarse. No quiero entrar en detalles escabrosos, de hecho ustedes siempre han mantenido en secreto la identidad de los cuerpos, pero ¿en qué momento tomaron esa decisión?. ¿Tuvieron que meditarla mucho, hubo alguno de ustedes que se negó? ¿De quien fue la idea?

Siendo los mayores expertos en ese tema en el mundo, le puedo decir que usted o cualquier otra persona que estuviera en la misma situación, hubiera llegado a tomar la misma decisión, al mismo tiempo que nosotros. El hambre es el miedo más primitivo del ser humano y el no saber cuando uno va a comer de nuevo, despierta cosas increíbles en la mente. Ahora…ese miedo, solamente puede ser sentido si la situación es real. No es lo mismo que hacer dieta, que lo único que hace es testear el carácter, para no abrir la nevera. Y nadie va a sentir la profunda desesperación del hambre, hasta que el cuerpo comienza a autoconsumirse..cuando los músculos, la grasa, el hígado, etc…se transforman en energía para moverse , para hablar y uno se muere lentamente. Es fácil tomar la decisión allí....difícil escuchando esto o sentado en un sofá.

 

¿Lo más difícil de aquello fue, a posterior, hablar con los familiares de los fallecidos, fueran tripulantes o pasajeros?

No, para nada. Yo fui el que mas perdió, pues fallecieron mi madre y mi hermana en el accidente…más mis dos mejores amigos. No había nada que explicar…a nadie.

 

¿Cómo se descubrió el episodio, digámoslo así, de la alimentación?. ¿Recibieron alguna crítica por ello?

Ninguna. Si la hubo no me he enterado. Y si alguien la hizo…me hubiera gustado verlo en esa situación.

Hay otro detalle del que poco o nada se habla en el caso de ustedes: las temperaturas. Hablamos de uno de los lugares más altos del mundo, con los lógicos problemas para respirar. ¿Cómo combatieron las inclemencias meteorológicas?

Soportando. A la altura uno se aclimata y trata de no hacer demasiados esfuerzos. Dentro del fuselaje nos apretábamos entre todos y nos tapábamos con trozos de tapicería de las butacas del avión. Por suerte el fuselaje nos protegía del viento…y no tanto del frio.

 

¿Es cierto que un avión pasó por encima de ustedes pocos días después pero no vio sus señales de humo?. ¿Y que a solo algunos kilómetros había una estación invernal vacía?

Ambas mentiras folklóricas. No podíamos hacer humo con nada y lo que hay a 40 kilometros es un hotel totalmente abandonado y destruido. Si, un avión pasò por encima, pero a una diferencia de unos 3.000 metros, por lo que era imposible ver el trozo de fuselaje blanco, sobre la nieve blanca.

 

Desde el punto de vista de la cohesión del grupo, de la psicología del colectivo. ¿Cómo fueron aquellos días?. Porque entiendo que habría algunos de ustedes, o tal vez todos, que tendrían momentos de bajón, de depresión.

Fuimos el mejor equipo del mundo, para enfrentar una situación de supervivencia imposible. Porque…Porque estamos vivos, habiendo destruido todas las teorías de posibilidades de sobrevivir en ese medio tan hostil. Uno puede sobrevivir en el mar, en la selva, en el desierto con más chances…pero en las altas cumbres imposible. Si alguno se deprimía, siempre había un abrazo afectuoso cerca.

 

Canessa y usted empiezan a andar un día, sabiendo que su empresa era harto complicada. ¿Cómo fueron aquellos momentos previos a su partida? ¿Cuántas horas caminaron durante cada uno de aquellos diez días?

Desde el día en que escuche en la radio que la búsqueda se había abandonado, tomé la decisión de no morir sentado..si iba a morir lo iba a hacer intentando lo imposible. Con Roberto tuve el mejor socio posible para intentar esa odisea. Tal vez yo estaba más decidido que el, pero en los días previos a la partida, vio perfectamente que la situación allí en el fuselaje no era infinita y que iba a morir tarde o temprano. Mejor morir intentando algo.

 

¿Y el reencuentro con los otros catorce?. Porque tengo entendido que la operación de rescate no fue, precisamente, un vuelo placentero.

Cuando llegaron los helicópteros al campo base de rescate, Roberto estaba muy deteriorado y los pilotos me pidieron que les indicara el camino, pues jamás iban a encontrar a mis amigos en el medio de la cordillera. Aún hoy no me explico como me subí a ese helicóptero…sentía mucho miedo y el vuelo fue lleno de turbulencias extremas y el piloto no me creía. Siempre me iba diciendo que estaba perdido, que yo no podía haber atravesado la cordillera entera. Una enorme alegría cuando vi el fuselaje y algunos moviéndose al costado. Sabía que tal vez Roy y Javier podían haber muerto en los 10 días que no estuve con ellos, pues estaban muy débiles cuando nos fuimos. Por suerte aún les quedaba un hilo de vida y pasaron 10 días en terapia intensiva, pero se recuperaron plenamente.

 

 

 

Usted fue uno de los que sufrió más pérdidas en aquel accidente: su madre, su mejor amigo y su hermana perecieron en el accidente. Cuando regresan a Montevideo, y empieza a retomar su actividad, en el día a día, ¿Cómo sobrellevó aquellas pérdidas?. Le pregunto esto dando por sentado que sería mas consciente en Uruguay que en la cordillera andina, que el shock sería más palpable en su país.

Creo que el pragmatismo que mi padre imprimió en mi, durante mi educación, me salvo la vida en los Andes y después. Cuando llego de vuelta, al otro día me fuí a mi casa de playa y nunca más miré hacia atrás. Lo único que uno logra mirando siempre al pasado, es un terrible dolor en el cuello.

 

¿Consiguió volver a ser Nando Parrado o siempre fue visto como uno de los Old Christians?

Nunca dejé de ser Nando Parrado , ni parte del los Old Christians. Es mi club del corazón, es donde están mis mejores amigos y parte de mi vida. Es más, como me preguntan muchas veces como cambié y yo pienso que no cambie demasiado, hace unos meses me reuní con amigos de toda la vida, que hicimos la escuela, secundaria y universidad juntos y les pregunté si yo había cambiado mucho. Y me dijeron que soy exactamente el mismo Nando de la secundaria y de la playa… Que no he cambiado para nada.

 

Cuentan las crónicas que la recepción popular en Uruguay fue mayor, incluso, que a la selección que 22 años antes protagonizó el “Maracanazo”. Y eso, en un país con dos títulos mundiales, es mucho decir…

Fué interesante sin duda. Mucha gente al borde de la ruta y en las calles. No se olvide que el Maracanazo, es un deporte, un juego con una pelota..no se les murió nadie y si hubieran perdido…hubieran quedado segundos..nada más. A nosotros se nos murieron 29 amigos y familiares…el partido dura 90 minutos..lo nuestro dos meses y medio…no es comparable.

 

¿Cuántas veces han vuelto al lugar de los hechos?

He vuelto once veces. Por mi, no hubiera vuelto ni una sola vez, pero mi padre quería ir todos los años a poner flores en la tumba de mi madre y mi hermana. Yo lo acompañaba para cuidarlo y nada más. Luego una vez mis dos hijas y mi increíble mujer Veronique, me pidieron que las llevara, porque si yo no hubiera sufrido lo que sufrí y no hubiera hecho lo que hice ellas no estarían respirando y Veronique nunca me hubiera conocido. Las llevé en una expedición y ahora pienso que no iré nunca más….a no ser que un día algún nieto me lo pida y tendré que contratar un helicóptero..

 

 

Hablemos de Chile. Nueve meses después de su rescate, aquel país vivió el golpe de Estado del general Pinochet. ¿Qué sensación tuvieron?

Allende había destruido el país…absolutamente destruido. Las consecuencias fueron el golpe de Estado de Pinochet. Sensaciones…la verdad es que no muchas. Interesados en ver lo que pasaba a través de la TV…

 

Y hace una década, un hecho que recordó mucho al “Milagro de los Andes”: los mineros que sobrevivieron durante días. No se si usted, pero si me consta que algunos del Old Christians si estuvieron en Atacama dando apoyo a los chilenos.

Creo que fue uno…Ramòn Sabella, que le gusta todo eso de las cámaras y reportajes. Otros les enviaron mensajes de apoyo…yo incluido. Pero ir no. Fue una estupenda odisea de supervivencia y de tecnología aplicada al rescate. Si me pregunta mi opinión comparada con. Lo que vivimos nosotros, es mucho más suave la de los mineros. A los pocos días tenían apoyo, tenían comida, podían hablar con sus familiares, tenían agua, no tenían frío (30 grados), no se les murió nadie...solo era una cuestión de tiempo el rescate. Nosotros no teníamos comunicación, no teníamos comida, teníamos frio (-30), teníamos sed (no hay agua allá arriba), se nos morían los amigos y familiares…no teníamos ninguna esperanza…y a ellos los rescataron y nosotros nos rescatamos…Pero respeto esa historia como algo también increíble.

 

Una curiosidad. Hay algunos de ustedes que cuentan que la película de 1993 solo se parece a la realidad en el accidente y en el rescate. Desde luego, Ethan Hawke y usted no son, precisamente, dos gotas de agua.

Es muy difícil poner en una hora y media todo lo que pasó en casi tres meses, pero para mi la película esta muy bien hecha y es un clásico. Todo lo que se ve es absoluta verdad…el tema es que Ethan solamente quería saber que era lo que yo sentía. Nunca quiso caminar como yo, o parecerse a mi…yo soy mucho más buen mozo..¡¡

 

Cuatro años antes del accidente, la chilena Violeta Parra escribió “Gracias a la Vida”. ¿Cuántas veces la ha cantado desde entonces? ¿Hubo alguna canción que les sirviera desde entonces como de himno, que le evoque aquellos momentos?

Es una estupenda canción, sin duda. Me gusta cuando la escucho. Seria muy buena para muchas personas de este planeta. Himno, que yo sepa no tenemos…

¿Cuántas veces al año se ven ustedes?

Con algunos me veo semanalmente, pues lo hemos hecho toda la vida. Otros que viven más lejos, menos. Pero el 22 de Diciembre, tratamos de juntarnos todos, ya que es la fecha del rescate y celebramos la vida y homenajeamos a los que no volvieron. El primer año éramos 16 y dos novias El año pasado, fuimos como 140…esposas, hijos, nietos, etc….qué historia de vida, ¿no le parece..?

Habitualmente, este tipo de entrevistas suelen incluir alguna pregunta sobre si el invitado conoce Ceuta. Me consta que en este caso es afirmativo: me consta que decidieron viajar poco tiempo después del accidente hasta el Sáhara en motocicleta y estuvieron almorzando, entre otros sitios, en “El Sombrero de Copa”. La pregunta es ¿Cuánto lleva sin venir por aquí y cuando le veremos por aquí de nuevo?

 

Yo he estado dos veces en Ceuta y seis en Marruecos. Me gusta mucho el norte de África, pues esta cerca de Europa y es fácil llegar. Cuando me inviten y se den las condiciones, por supuesto que me encantaría poder volver a Ceuta.

“Cualquiera en nuestra situación hubiera hecho lo mismo o hubiera muerto”