Muchos se quedaron con las ganas de dibujar por las obligaciones laborales o familiares; a otros tantos, el gusanillo se les despertó a la hora de la jubilación. Fuese la pintura un amor tardío o recuperado con el tiempo, el caso es que dieciocho personas pertenecientes al colectivo de la Tercera Edad han dado lo mejor de si en los últimos meses, un año de trabajo, hasta llegar a la exposición que en la tarde de este lunes se ha inaugurado en el espacio expositivo de la Biblioteca Pública del Estado "Adolfo Suárez". Todo ello bajo la dirección de Sonsoles Oteyza, monitora.
Oteyza explica que, en efecto, solo hay que tener ganas de pintar, independientemente de que las personas que han participado en su taller fueran neófitas o tuvieran alguna noción de tiempos pasados.
Nunca es tarde para aprender a pintar, dice la monitora, pero siempre hay que seguir unas pautas: primero dibujar a carboncilla, siempre con algunos motivos escogidos con carácter previo -generalmente un bodegón- y a partir de ahí, cada uno empieza a "volar" en solitario. Una o dos veces por semana; un grupo de alumnos muy disciplinado, cuenta Oteyza.
La muestra puede contemplarse hasta el próximo 8 de junio.
