Cualquiera que haya cogido el tren que une Algeciras con Madrid sabe de lo que hablamos, especialmente si lo usa de forma habitual. La situación de la línea que conecta Algeciras con la capital es lamentable y así ha quedado reflejado este mismo fin de semana en la prensa nacional, concretamente en el diario El Español, que aborda en un extenso reportaje cuál es la situación de la misma y extremos especialmente graves, como que aquellos trenes que no dejaban de ocasionar problemas en Extremadura y por los que los extremeños protestaban día sí día también, al mejorar aquellas líneas han sido trasladados a Algeciras y son los que ahora se utilizan para viajar a Madrid.
Trenes antiguos, sin las comodidades propias del momento en que nos encontramos y en los que parece que hay que darse con un canto en los dientes al poder contar con un enchufe en el que poder cargar el teléfono móvil o enchufar el ordenador. Del wifi (algo que ya funciona incluso en algunos autobuses), ni hablamos, parece ciencia ficción. Pero es en estas últimas cuestiones en las que se centra el reportaje de El Español, sino en otra de la que también les hemos venido hablando a lo largo de los últimos años, las continuas averías e incidencias en estos trenes que, en no pocas ocasiones, provocan retrasos importantísimos en el horario de llegada o traslado de los pasajeros en autobús hasta su destino desde el recóndito punto en que haya quedado averiado.
El alcalde de Algeciras ha manifestado abiertamente su malestar sobre esta cuestión y lo hace también en el reportaje de El Español para señalar que en los últimos dos años la situación ha ido a peor, con tres retrasos de tres horas en los últimos 15 días. Renfe, por su parte, ha asegurado al mismo diario que “el servicio no va especialmente mal respecto a otras líneas, se presta con normalidad”. Algo a lo que los usuarios habituales de la misma seguro que tendrían mucho que decir.
Si nos centramos ya en los ceutíes que usan la línea como su vía de comunicación más cercana para llegar a la capital, los problemas se agravan. En primer lugar porque los retrasos pueden incidir, directamente, especialmente en el tren vespertino, en que se pierda la oportunidad de realizar el enlace en barco con nuestra ciudad, obligando al desembolso económico que supone pasar la noche en Algeciras, una cuestión que no es baladí.
Además, el cambio de horarios tras la pandemia dificulta y mucho el poder llegar a Madrid a mediodía si uno tiene que iniciar el viaje desde nuestra ciudad. El problema reside en que tan solo se ha dejado un tren directo entre Algeciras y la capital al día, el que parte a las 15.03 de la tarde, llegado a la capital en torno a las 20.40 de la noche. Por la mañana la alternativa pasa por partir desde Algeciras en un regional y hacer trasbordo en Antequera. La hora de salida desde la estación algecireña es a las 06.20, siendo imposible para los ceutíes llegar ni por vía marítima ni por vía aérea, es decir, planteándose de nuevo como única solución pasar la noche al otro lado del estrecho.
En definitiva, un servicio deficiente, que no se adapta a las necesidades de algecireños y ceutíes y que sigue tratando a los habitantes del Campo de Gibraltar y Ceuta como de segunda, obligándolos a trasladarse hasta Málaga o Sevilla para poder viajar con las comodidades que ofrecen los trenes modernos y rápidos.
