miércoles. 24.04.2024

El nombre de Juan Gabriel Perboyre apenas dice nada si no se tienen vastos conocimientos de historia y/o teológicos. Este podría ser el caso de alguna persona que ha sacado del anonimato a este monje francés del siglo XIX que se propone como patrón del coronavirus. Perboyre, en efecto, murió por asfixia y en la cruz. En la localidad china de Wuhan, donde tiene su origen el COVID-19.

 

De Perboyre se sabe que vivió apenas 38 años, en los que le dio tiempo a dejar una numerosa prole -diez hijos- y a predicar las misiones en China. Fue, además -casi un siglo antes de la llegada de Mao-Tze-Dong- en una época de fuerte anticlericalismo en el país asiático. Se cuenta que Perboyre fue traicionado por uno de sus acompañantes a cambio de una fuerte suma de dinero.

 

Este capítulo, que recuerda al de Judas y las treinta monedas, no fue la única coincidencia con la vida de Jesús de Nazaret. Las cronicas narran que Perboyre consideraba que vivir experiencias parecidas a las de Cristo no eran un martirio sino una manera de acercarse a el. De hecho, fue torturado brutalmente durante ocho meses hasta que se le crucificó con una gruesa cadena al cuello que acabaría matándole por asfixia en 1840. Fue canonizado en 1996 por Juan Pablo II, casi un cuarto de siglo antes de que un extraño virus surgido en la tierra donde murió someta al mundo entero a un confinamiento casi general. 

San Juan de Wuhan: el "patrón" contra el COVID 19