jueves. 25.04.2024
ALCASSER

Treinta años de sombras

Este domingo, 13 de noviembre, se cumplen treinta años de uno de los crímenes más atroces de la historia de España. Miriam García, Antonia Gómez y Dessiré Hernández salieron a divertirse a una discoteca y nunca volvieron: fueron secuestradas y salvajemente torturadas hasta la muerte. Hablamos de las ‘Niñas de Alcasser’. Tres décadas después, echamos la vista atrás no sólo sobre los escabrosos hechos, sino sobre el tratamiento informativo de unos sucesos que siguen conmocionando a España prácticamente dos generaciones después.
Cartel elaborado para la búsqueda de las jóvenes
Cartel elaborado para la búsqueda de las jóvenes

Como miles de jóvenes en aquella España optimista que acababa de celebrar con brillantez unos Juegos Olímpicos y una Exposición Universal, Miriam, Dessirée y Toñi -la mayor, con quince años- salieron aquella tarde para divertirse. El punto de partida era Alcasser, una más de las ‘ciudades dormitorio’ que pululan en torno a las grandes capitales. El destino: la discoteca ‘Coloors’, de la cercana Picasent. Previamente fueron a visitar a una cuarta amiga que ese día no se encontraba bien de salud. De ahí partieron hacia la discoteca. Nunca volvieron.

Las ‘niñas de Alcasser’ desaparecieron esa misma noche, convirtiéndose en primera plana informativa casi de momento. Se movilizaron todos los recursos disponibles: los medios de comunicación ofrecían a diario informaciones sobre los -escasos- avances del caso y la policía extremó la vigilancia en todos los puntos imaginables del país. Uno de ellos, Ceuta: se extendió el rumor de que las menores habían sido vistas en la hoy Ciudad Autónoma, y la Policía extremó el celo sobre la frontera de El Tarajal, en previsión de un posible pase a Marruecos. Desgraciadamente, no fue así. En enero de 1993, dos colmeneros encuentran un brazo saliendo de la tierra en una finca abandonada, en la localidad de Tous.  El hallazgo es dantesco: tres cuerpos mutilados, violados, destrozados brutalmente yacen en un recóndito paraje de la geografía valenciana. Punto y final a la búsqueda. Las ‘niñas de Alcasser’ han sido encontradas y un pueblo queda marcado para siempre. Años después, personas originarias del lugar siguen diciendo que son "de alrededor de Valencia" para evitar que se les pregunte de contínuo por el traumático hecho.

Interior de la Finca "La Romana", lugar de los hechos / El Español
Interior de la Finca "La Romana", lugar de los hechos / El Español

La Guardia Civil encuentra, troceada, una cartilla de la Seguridad Social. Alguien junta los pedazos y el ‘puzzle’ lleva a un viejo conocido: Anglés. Es Antonio, conocido como ‘Asuquiqui’: un enigmático y violento delincuente acostumbrado a entrar y salir de la cárcel. La búsqueda de Antonio Anglés se convierte en una obsesión. A día de hoy es el principal prófugo de la Justicia española. Hay quienes sostienen que la suya fue la cuarta muerte en la noche de aquel viernes 13; hay quienes dan por buena la teoría de que huyó y vive en algún lugar de América latina con una identidad falsa -su madre, Neusa Martins, era originaria de Sao Paulo- y hay quienes señalan que murió al arrojarse a las costas irlandesas desde el carguero ‘City of Plymouth”, al que habría accedido como polizón.

Treinta años después, Antonio Anglés sigue siendo el fugitivo más buscado en nuestro país
Treinta años después, Antonio Anglés sigue siendo el fugitivo más buscado en nuestro país

Porque ese, el “habría”, el condicional, es el tiempo verbal favorito para referirse a lo ocurrido en aquellas infaustas semanas. ¿Por qué?. De inmediato surgen las teorías conspiratorias. Y la pregunta: no es si tenemos, sino cuanto tenemos que ver los medios de comunicación en aquella difusión de libros, de teorías alternativas a la versión oficial que apuntan en una dirección: las niñas no habrían sido víctimas de dos delincuentes de poca monta -Anglés y Miquel Ricart, el único condenado hasta el momento y libre desde 2013 por la derogación de la ‘doctrina Parot’- sino de una trama perfectamente organizada de grandes empresarios, políticos y sectas ocultas para violar y torturar a las tres jóvenes. No es sólo la retransmisión televisiva del funeral en directo; en los años siguientes, el conocido Pepe Navarro llena horas y horas de televisión en su programa ‘Esta noche cruzamos el Missisipi’ en compañía del padre de Miriam y portavoz de las familias, Fernando García, y de un hasta entonces desconocido criminólogo: Juan Ignacio Blanco. Ambos llegaron a escribir un libro, “Qué pasó en Alcasser”, retirado luego de la circulación por orden judicial, atendiendo a las demandas judiciales de los padres de las otras víctimas Pero ¿de quien estamos hablando?

Juan Ignacio Blanco, periodista y criminólogo, fallecido en 2019
Juan Ignacio Blanco, periodista y criminólogo, fallecido en 2019

Blanco, fallecido en 2019, era periodista de El Caso. Su mítico director, Juan Rada, señala que “trabajó a mis órdenes en ‘El Caso’ cinco años antes. Vio en aquel suceso campo abonado para sus teorías al margen de la versión oficial, algo a lo que era muy dado, y obtener protagonismo televisivo y beneficios. No dudó en divulgar cuanto llegaba a sus oídos, en muchas ocasiones sin contrastarlo, lo que dio lugar a diversas condenas en los tribunales de justicia. Y como corolario, la posesión de una cinta grabada donde supuestamente se veía a gente importante torturando, violando, matando… y que nadie ha visto. Porque, en realidad, no existe. Y es que en el periodismo no todo vale”, explica.  La pregunta ¿nació la telebasura en Alcasser?, tiene fácil respuesta para Rada: “Hacía un par de años que las TV privadas se habían puesto en funcionamiento y la pugna era enorme. Antena 3 envió allí un equipo de cien profesionales para emitir en directo el velatorio. Improvisaron un plató en la plaza del pueblo que rezumaba morbo por todo lo alto, convirtiendo la tragedia y pena en un espectáculo público. Nieves Herrero, arañando cuotas de ‘share’ para su programa “De tú a tú”, iba de modo directo y descarnado a los sentimientos. Fue el primer reality show emitido en nuestro país. Aquello marcó un antes y un después. Para muchos, el inicio de la telebasura. Auténtica ‘trash tv’ en pos del incremento de audiencia”.

Imagen del controvertido 'directo' de Nieves Herrero en el funeral de las jóvenes
Imagen del controvertido 'directo' de Nieves Herrero en el funeral de las jóvenes

En parecidos términos se expresa Joan Manuel Oleaque. Autor de “Desde las tinieblas”, considerado uno de los trabajos más exhaustivos sobre el caso. Considera que “fue el caso televisivo por excelencia, el pasto de cultivo del sensacionalismo extremo de principios de los 90, y también el más consipiranoico; además, el principal agresor está desaparecido, y, como se recordará, el padre de una de las víctimas puso en duda hasta el paroxismo toda la investigación. Es decir, todo son elementos convergentes para que nunca se deje de hablar de ello; además forma parte (atroz) de la memoria colectiva de España, lo que, supuestamente, faculta para que cualquiera hable de ello etc. La fascinación por lo espantoso, por las realidades paralelas y por creer antes a las opiniones que a los hechos, hacen que la situación sea como tú indicas, en cuanto a difusión en Internet y las teorías de la conspiración”. Para Oleaque -decano de la Facultad de Artes, Humanidades y Comunicación de laUniversidad Internacional de Valencia- el ‘show’ “más que nacer, cosa que ya había hecho con otros casos previos (como el crimen de los Marqueses de Urquijo), fue el momento en que se generalizó y se institucionalizó el sensacionalismo como forma de actuación mediática. Se convirtió en una manera de hacer, de vivir el periodismo. En ese momento, la multiplicidad de nuevas televisiones generó una competencia sin medida, centrada en nuevos formatos, precedentes a la telerrealidad. Se tuvo un éxito gigantesco con estos programas, mezclando los sucesos con el sentimentalismo sin medida. Y, en otro punto, empezaron a pasar por estos programas gente que había pasado por el juicio a Miguel Ricart para declarar, contando en televisión cosas diferentes, incluso contrarias: la realidad televisada se impuso a la judicial, y eso llega hasta hoy. Era todo tan fuerte en las televisiones que acabó, de diferentes maneras, contagiando en algunos puntos a muchos otros formatos mediáticos, aunque algunos periodistas resistieron como pudieron y contrarrestaron todo esto muy bien”.

ricart
Miquel Ricart, a su salida de la cárcel tras derogarse la 'doctrina Parot'

Para acabar, dos ejemplos de buen y mal periodismo. Buen periodismo: el de Fernando Bustamante, jefe de Fotografía del Diario “Levante” que logra colarse en el tren en el que viajaba Miquel Ricart, único condenado por el atroz crimen, hacerle una fotografía y hablar con el unos minutos. El pésimo, el horrendo: el de Emilio Rodríguez Menéndez, supuesta celebridad jurídica que aceptó colaborar con un decadente Diario Ya y ofreció lo que denominó la entrevista del siglo: una charla con el mismísimo Antonio Anglés en algún lugar de Sudamérica. Al personaje se le encendió la bombilllita cuando conoció por casualidad a un modelo argentino que guardaba cierto parecido con el criminal más buscado de la historia de España. Unos dólares a cambio, y aquel hombre -que posteriormente se retractó y dijo haber cobrado solo por posar a cámara-  aceptó hacerse unas fotografías. El resto, obra de la imaginación y total  falta de escrúpulos del ex marido de Nuria Bermúdez.

Emilio Rodríguez Meléndez autor una de las 'noticias' más infames del periodismo español
Emilio Rodríguez Meléndez autor una de las 'noticias' más infames del periodismo español

Treinta años de sombras