domingo. 15.09.2024

Una de las ventajas, que quizá no terminemos de apreciar los ceutíes, de vivir en una ciudad como esta es que también tenemos playas 'de barrio'. En ocasiones, quedan lejos de la programación de las autoridades para los recursos de cada temporada estival, pero no es menos cierto que quien vive cerca de El Sarchal, Benítez, Postigo, El Tarajal o la Almadraba no necesita -si no quiere- acudir a ninguna con bandera azul para refrescarse. Suelen ser además playas tranquilas, de esas en las que siempre se ven las mismas personas año tras año, dando lugar a vivencias en común que luego se transforman en valiosas piezas a guardar en la caja negra del alma: los recuerdos.

Un puñado de niños observa una de las tortugas / Juanjo Coronado
Un puñado de niños observa una de las tortugas / Juanjo Coronado

La playa de San Amaro es una de ellas. Habitualmente, poco transitada: algunos vecinos de la zona, algún deportista que aprovecha para resfrescarse tras correr o hacer algo de bicicleta. Recóndita y no muy grande, tiene aguas frías y unas impresionantes vistas al Estrecho. Es un lugar tranquildo,. Habitualmente, como decíamos.

Playa de San Amaro / Juanjo Coronado
Playa de San Amaro / Juanjo Coronado

Hoy la quietud de esa playa de barrio se ha visto momentáneamente alterada. Medios de comunicación, familiares y miembros del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos han roto esa tranquilidad. El motivo: la suelta de tres tortugas rescatadas por el CECAM y tratadas en las instalaciones anexas durante meses. Dos de veinte años y una de veinticinco. "Aunque no os lo créais, tres adolescentes", nos dice Álvaro García De los Ríos.

Una de las tortugas recibe una de sus últimas 'caricias' en tierra / Juanjo Coronado
Una de las tortugas recibe una de sus últimas 'caricias' en tierra / Juanjo Coronado

Biólogo y veterinario marino, García De los Ríos es uno de los fundadores del CECAM. "Estas venían una con una aleta fastidiada, otra con un golpe en la concha" y una tercera había ingerido plásticos. En el tercero de los casos, el tratamiento siempre es el mismo: una bañera de agua dulce, hasta trasladarla a una de agua salada y que la naturaleza haga el resto... En el caso de las dos primeras "las observamos como se comportan en agua salada, y si vemos que sus funciones las recuperan bien, las lanzamos al agua. La que tiene el golpe en la concha acabará de cicatrizarse en el mar, puesto que es un ejemplar demasiado grande para tenerla en una bañera", explica.

Uno de los animales emprende el regreso al agua  / Juanjo Coronado
Uno de los animales emprende el regreso al agua / Juanjo Coronado

Actualmente "rescatamos al año unas cuarenta tortugas, de las que tres o cuatro desgraciadamente fallecen. Algo se está haciendo bien, no obstante: cuando empezamos, el porcentaje era justo el contrario. Salvábamos tres o cuatro y el resto fallecían, aunque obviamente siempre quede trabaajo por hacer".

Miembros del CECAM transportando una tortuga / Juanjo Coronado
Miembros del CECAM transportando una tortuga / Juanjo Coronado

Por cierto ¿se acuerdan ustedes de Irlanda, aquella tortuga verde para cuya monitorización se desplazaron a nuestra ciudad el pasado año miembros del Oceanográfico de Valencia? "Va por las costas de Guinea, y creemos que dentro de poco estará por Cabo Verde. Posiblemente, decida ir a América, aunque es algo que tendremos que ver", dice García De los Ríos.

Para el resto, no hay monitorización. "Es caro y  los recursos son los que son", admite con resignación. Lo que si es un éxito es la convocatoria del público. "Podríamos hacerlo en un barco, tres o cuatro personas y algunos periodistas, pero preferimos ponerlas en la arena y que sigan su camino para  la concienciación". Para que familias enteras acudan a decirle adios a tres adolescentes cómo estas. A pesar de que, por unos minutos, la clásica quietud en la Playa de San Amaro se evapore, y al perenne ruido de las gaviotas y algún barco saliendo por la bocana se le una el de un puñado de niños diciendo adiós a las tortugas.

La vuelta a casa de tres 'adolescentes'