Minutos después de las cinco de la tarde de este jueves se ha reanudado la declaración de Antonio López en el juicio del caso Emvicesa. Una declaración en la que el principal encausado ha terminado de contestar a su abogado que se ha centrado en establecer la existencia de relación, o no, de López con otros de los acusados que se sientan en el banquillo en esta macrocausa, comenzando por los políticos.
José María Calero ha interpelado, de este modo, a su cliente por su relación con Rabea Mohamed, Susana Román y Mohamed Alí, señalando el acusado que con las dos primeras le unía una relación de compañeras de partido y con el ex diputado de Caballas ni siquiera eso. Con ninguno de los tres mantenía una relación personal, si bien con Román su relación era más estrecha por ser su jefa directa. En cualquier caso, ha asegurado, nunca dio ni recibió “indicaciones de estas personas más allá de las meramente propias del trabajo”.
Tras interpelar sobre los políticos, el abogado defensor ha preguntado a López por los trabajadores de Emvicesa, destacando López su “versatilidad” y disposición para afrontar su trabajo en diferentes puestos a lo largo de sus ocho años al frente de Emvicesa. Tan solo en un caso su declaración ha ido más allá, en el de Salvador Vera, de quien ha recordado que “en los últimos años estaba malito, de baja y no fue a trabajar”. Con los demás, ha asegurado López, no se ha tomado “ni siquiera un café”.
Finalmente, José María Calero ha interpelado a Antonio López por los que se ha señalado por la Fiscalía y la acusación particular como supuestos intermediarios: Frugui, Alí, Abdelasis y Hamed (el portuario). Respecto a Alí y Abdelasis ha asegurado no tener ninguna relación, mientras que a Frugui y Hamed sí ha admitido conocerles. En el primero de los casos, ha señalado que “Frugui era una persona que se movía mucho por el partido, un gran conseguidor de votos para el PP, más allá de eso, no tenía ninguna relación con él” y ha añadido que “tenía una dependencia muy grande a todo tipo de drogas”. López ha explicado que “intento ponerse en contacto conmigo, igual que con un montón de gente. Ya he dicho que era toxicómano y engañaba a la gente para que le diera dinero”, comportamiento en el que enmarca que Frugui asegurara a terceros que el dinero que le daban era para que López facilitara el acceso a una vivienda.
Respecto al conocido como el portuario, Hamed, de quien ha dicho que “también ha conseguido muchos votos para el PP”, López ha reconocido que son amigos y que han hecho negocios juntos, entre ellos uno relativo a unos relojes de lujo que “no salió bien”, perdiendo la inversión. En este contexto, según la versión de Antonio, se producen las reclamaciones de dinero de Soufian y Gurrat (que se han relacionado con pagos para viviendas durante el proceso), quienes sin él saberlo, ha explicado, se habían sumado de parte de Hamed al negocio de los relojes, por lo que queda con ellos en un garaje y la explanada de la Marina para abordar la situación porque “hay veces que los negocios salen bien y veces que salen mal”.
Para poco más ha dado la parte final del interrogatorio de la defensa de López que sí que ha aprovechado para hacer su alegato final antes de que comenzara el de la Fiscalía, la acusación y el resto de letrados. En este alegato, Antonio López ha señalado que “he contado mi verdad y espero terminar esta pesadilla lo antes posible”, insistiendo en que “nunca he estafado a nadie y, en los 8 años de mi ejercicio político, me siento muy contento por todo el bien que hice, ayudé a muchísima gente y me da pena que quede esta imagen que es la última”