10 de septiembre de 2023, 17:20
Desde el Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta, nos unimos a la celebración del día 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención de Suicidio, «Crear esperanza a través de la acción» es el tema trienal del Día Mundial para la Prevención del Suicidio de 2021-2023. Este tema sirve como una poderosa llamada a la acción y como recordatorio de que hay una alternativa al suicidio y de que a través de nuestras acciones podemos alentar la esperanza y fortalecer la prevención.
Creando esperanza a través de la acción podemos decir a las personas con pensamientos suicidas que hay esperanza y que nos preocupamos por ellos y queremos apoyarlos. El lema también indica que nuestras acciones, sin importar su escala, pueden brindar esperanza a aquellos que lo están pasando mal.
Sirve como recordatorio de que la prevención del suicidio es una prioridad de salud pública y de que se requieren medidas urgentes para reducir las tasas de mortalidad por esta causa. La OMS seguirá trabajando con sus asociados para ayudar a los países a adoptar medidas concretas en este sentido. El objetivo general de este día es crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo.
El suicidio es un problema de salud pública importante, pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no sólo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades. Cada año, más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. Desde que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza. Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.
Los suicidios son prevenibles con intervenciones oportunas, basadas en la evidencia y a menudo de bajo costo. En junio de 2021, la OMS lanzó LIVE LIFE – VIVIR LA VIDA (en inglés y francés), una guía de implementación que consta de cuatro intervenciones clave, para prevenir el suicidio en todo el mundo. Un enfoque multisectorial es fundamental para involucrar a la sociedad y a las partes interesadas en un esfuerzo de colaboración.
La tasa de suicidios en España es de 8,4 personas por cada 100.000 habitantes, menor que la media de suicidios a nivel mundial, que es de 9,11 por cada 100.000 habitantes. De los 4.003 suicidios que se produjeron en 2021, 2.982 fueron suicidios de hombres y 1.021 de mujeres.
En total, entre la población de 12 a 29 años, se registraron 336 suicidios solo en 2021, el último año con datos disponibles y completos. Es la principal causa de muerte de la gente joven en España.
El abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio
anteriores, etc. Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida. Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica. Algunos factores de protección son las relaciones personales
sólidas, las creencias religiosas o espirituales y las estrategias de afrontamiento y prácticas de bienestar positivas.
Mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia, pueden reducir de manera eficaz las tasas de suicidio. Por ejemplo, el suicidio impulsivo puede prevenirse restringiendo el acceso a los medios letales. Sin embargo, la prevención del suicidio no se ha abordado adecuadamente en muchos países debido a
la falta de toma de conciencia sobre el suicidio como un importante problema de salud pública, lo que impide que la gente busque ayuda. El reto es real y hay que tomar medidas.
Creando esperanza a través de la acción podemos decir a las personas con pensamientos suicidas que hay esperanza y que nos preocupamos por ellos y queremos apoyarlos. El lema también indica que nuestras acciones, sin importar su escala, pueden brindar esperanza a aquellos que lo están pasando mal.
Sirve como recordatorio de que la prevención del suicidio es una prioridad de salud pública y de que se requieren medidas urgentes para reducir las tasas de mortalidad por esta causa. La OMS seguirá trabajando con sus asociados para ayudar a los países a adoptar medidas concretas en este sentido. El objetivo general de este día es crear conciencia sobre la prevención del suicidio en todo el mundo.
El suicidio es un problema de salud pública importante, pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no sólo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades. Cada año, más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. Desde que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza. Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.
Los suicidios son prevenibles con intervenciones oportunas, basadas en la evidencia y a menudo de bajo costo. En junio de 2021, la OMS lanzó LIVE LIFE – VIVIR LA VIDA (en inglés y francés), una guía de implementación que consta de cuatro intervenciones clave, para prevenir el suicidio en todo el mundo. Un enfoque multisectorial es fundamental para involucrar a la sociedad y a las partes interesadas en un esfuerzo de colaboración.
La tasa de suicidios en España es de 8,4 personas por cada 100.000 habitantes, menor que la media de suicidios a nivel mundial, que es de 9,11 por cada 100.000 habitantes. De los 4.003 suicidios que se produjeron en 2021, 2.982 fueron suicidios de hombres y 1.021 de mujeres.
En total, entre la población de 12 a 29 años, se registraron 336 suicidios solo en 2021, el último año con datos disponibles y completos. Es la principal causa de muerte de la gente joven en España.
El abordar la complejidad de las conductas suicidas comienza por identificar los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo clave abarcan desde los sistemas sanitarios y la sociedad hasta los niveles comunitario, relacional e individual. Entre ellos se encuentran las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio
anteriores, etc. Estos factores suelen actuar de forma acumulativa para aumentar la vulnerabilidad a la conducta suicida. Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica. Algunos factores de protección son las relaciones personales
sólidas, las creencias religiosas o espirituales y las estrategias de afrontamiento y prácticas de bienestar positivas.
Mitigar los factores de riesgo para reducir los medios de suicidio y potenciar los factores de protección para fomentar la resiliencia, pueden reducir de manera eficaz las tasas de suicidio. Por ejemplo, el suicidio impulsivo puede prevenirse restringiendo el acceso a los medios letales. Sin embargo, la prevención del suicidio no se ha abordado adecuadamente en muchos países debido a
la falta de toma de conciencia sobre el suicidio como un importante problema de salud pública, lo que impide que la gente busque ayuda. El reto es real y hay que tomar medidas.