miércoles. 01.05.2024

Banderas

El hombre en el castillo

Dirección: Frank Spotnitz (Creador), Daniel Percival, Karyn Kusama, Brad Anderson, Nelson McCormick, Ken Olin, Michael Rymer, David Semel, Michael Slovis, Bryan Spicer, Colin Bucksey, John Fawcett, Paul Holahan, Chris Long, David Petrarca, Daniel Sackheim, Alex Zakrzewski, Steph Green. Año: 2015-. País: USA. Título original: The Man in the High Castle. Duración: 60 min. Género: Serie de TV. Drama. Ciencia ficción. Thriller. Distopía. Intérpretes: Alexa Davalos, Luke Kleintank, Rupert Evans, DJ Qualls, Rufus Sewell, Joel de la Fuente, Cary-Hiroyuki Tagawa, Arnold Chun, Carsten Norgaard, Lee Shorten, Jack Kehler. Guion: Frank Spotnitz, Joe Kawasaki, Rob Williams, Erik Oleson, Jace Richdale, David Scarpa, Thomas Schnauz, Rick Cleveland, Wesley Strick, Emma Frost, Walon Green, Evan Wright, Francesca Gardiner, Eric Overmyer. Novela: Philip K. Dick. Música:     Henry Jackman, Dominic Lewis Fotografía: Gonzalo Amat, James Hawkinson. Productora:      Amazon Prime Video, Electric Shepherd Productions, Headline Pictures, Big Light Productions, Pictures in a Row, Reunion Pictures, Scott Free Productions. Distribuidora: Amazon Prime Video.

Cuando Amazon Prime se convirtió en una plataforma de consumo audiovisual (recuerden que venía de ser reconocida como la compañía de compra online y envío de paquetes, con lo ridículo que sonaba así su desembarco en el mundo del streaming), lo hizo con algunos productos más que interesantes, apostando fuerte por la calidad y lo rompedor, para asentarse en un entorno en el que a priori era el elemento extraño.

The Man in the High Castle era probablemente la bandera de la compañía, que vio la luz en 2015, y acabó en 2019, retratando una realidad alternativa basada en la novela del gran Phillip K. Dick.

La propuesta planteaba una distopía en la que la Alemania de Hitler ganó la guerra y ahora, junto a sus aliados japoneses, se repartían el pastel del Mundo, en una apuesta por la ambientación y un escenario que supone un tablero sin límite en el que jugar con temporadas, cualquier tipo de spin-off y demás formatos que se puedan imaginar. La cosa dio para 40 episodios de una hora aproximada, repartidos en 4 temporadas de 10 capítulos cada una, que podía haber sido más, mero no es poco.

La serie capta el poder de los símbolos y cómo las personas se apoderan de los ideales, incluso los crean, para lograr el dominio sobre otras personas, y la historia recrea una calma tensa e inestable entre dos potencias amigas, Alemania y Japón, que desconfían la una de la otra con un Hitler envejecido, paranoico y débil de telón de fondo. Los ambiguos personajes protagonistas, uno de los elementos clave de la obra, van desde el oficial nazi despiadado e inescrutable, hasta los miembros de la resistencia americana (qué sería de las historias de guerra o posguerra sin la resistencia) en unos Estados Unidos ocupados con una gran parte de dominio alemán, otra japonesa, y una neutral, nada que realmente parezca increíble, según nos enseña la historia…

Los símbolos, las banderas imaginadas para la ocasión, las organizaciones civiles y militares, todo forma parte de una ensoñación escalofriantemente atractiva para una serie original que atrapa al espectador, que si tiene la suerte de verla por primera vez, tiene la posibilidad de acceder a todas sus temporadas en su plataforma original; no parecen estas malas fechas para dedicar un par de días libres a echarle ratos a una serie que merece la pena.

The Man in the High Castle, añado a modo de curiosidad para que sirva de declaración de intenciones por parte de sus creadores, generó un enorme revuelo en la fecha de su estreno, cuando el metro de Nueva York se vio empapelado de simbología nazi y emblemas del Imperio japonés en una campaña publicitaria que resultó muy controvertida. Pero no se trataba de política, sino del anuncio de una serie de televisión, así es como hay que verlo, y así es como se disfruta. Porque acabó siendo tan interesante como recomendable.

JUAN CARRASCO DE LAS HERAS [email protected]

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