De aquello que suelo denominar como género “peliculilla de intriga” y de corte telefilm, llega a la pantalla de su dispositivo, más o menos grande según posibilidades de cada cual, Reptiles, que viene a llamarse así por aquello de que mudan de piel, por aquello de no saber quién es el culpable hasta el final, giros de guión que quedan por descontado incluidos.
Habrán adivinado que se trata de una producción policiaca de asesinato que investigar, por la que responde personalmente (y se luce) el propio protagonista de la cinta, un Benicio del Toro que, además de reservarse el papel protagonista, también coescribe el guión y también es productor.
El hecho de que se trate de un telefilm no debe entenderse como un defecto o motivo de rechazo en sí, y más en estos tiempos en los que las plataformas de streming realizan sus propias producciones. Hace ya algunos años que se va perdiendo el complejo del cine hecho directamente para la pequeña pantalla, y hasta la Academia del cine de Hollywood se ha rendido a esta evidencia incluyéndolas en sus premios Oscar. Los tiempos cambian y hay que evolucionar o morir.
Sin embargo, esta película también tiene algo de aquella connotación negativa que poseía el término hace años, puesto que se trata de una película muy convencional, algo alargada en minutos de metraje y bastante rocambolesco en su entramado; éste busca claramente el efectismo y la sorpresa con el giro de guión, reñidos con el realismo de una historia creíble, aunque interesante, hay que admitirlo. Esta vez Benicio del Toro encarna a un detective que debe investigar el brutal asesinato de una agente inmobiliaria, con múltiples sospechosos (el marido entre ellos), y con más de una revuelta que le hará tener que reponerse del vértigo para esclarecer el misterio reconstruyendo los hechos.
En lo referente al estupendo reparto, la mayor fortaleza de la cinta, además de del Toro cuenta con la estrella de la canción Justin Timberlake, que siempre ha sido un más que decente actor, y con Alicia Silverstone entre otros rostros conocidos que colaboran con sus interpretaciones para que la propuesta sea como mínimo, atractiva por algo más que por las grandes dosis de intriga a cascoporro y condensada en dos horas que se espera de ella.
No es David Fincher o Steven Soderberg, por hablar de cine moderno, tampoco es Hitchcock, si queremos remontarnos a los clásicos, pero es una posibilidad de entretenimiento decente y bastante barato si estamos ya abonado a Netflix, que es la plataforma que distribuye la obra.
Puntuación: 5
JUAN CARRASCO DE LAS HERAS → [email protected]