jueves. 25.04.2024

Cosas

Cerré la puerta, tras bajar el enésimo paquete, y durante unos segundos me quedé de pie. Oyendo el silencio, de veras y sin sintonía de fondo,  y despidiéndome del lugar cuyas piedras silentes habían sido testigos de los momentos más felices de mi vida. Mi casa y yo nos quedamos a solas, dándonos el adios en lo que dura un cigarrillo cuya última bocanada puso fin a aquel momento.  Tras cerrar la puerta, noté que me llevaba puestos en un rincón del alma  el primer llanto de mi hija, los nervios de mi mañana de boda o tantas noches de sofá, cenas con amigos, maullidos y otras cosas que me guardo y pueden imaginar.

 

A las cosas se las quiere, porque son parte de nuestra vida individual, pero también en el colectivo. Cuando entramos en el segundo terreno se llama patrimonio. En común, si, pero entraña una parte de colección de sensaciones unitarias.  Solo así se puede entender cada lágrima por el recuerdo de un padre o una abuela al salir un paso de Semana Santa, un paseo silencioso por la esquina del primer beso o un atardecer disfrutado en soledad. Creo que mi infancia terminó de morir con los cimientos del Cine África besando el suelo del indecente olvido y desprecio: fue la demolición de las últimas películas de mi niñez y las primeras de mis hormonas adolescentes. Nunca volvió a ser igual la Glorieta de Reinoso ni la Plaza de la Catedral, por mucho resto fenicio que se ponga -y se debe poner- en valor jamás tendrá el marchamo sentimental que le daba aquel arbol de fuertes raíces que rompía el suelo.

 

Ceuta es una ciudad con historia, pero poco dada a rotularla, a exhibirla. Es una tendencia, al César lo que le corresponde, que se ha tratado de invertir en los últimos años, pero tenemos otras tantas cosas pendientes de darles nombres, dotarles de ese bagaje sentimental que la curiosidad más elemental puede añadir al Helipuerto, Estación Marítima u Hospital. Al Idrissi, Eliseo Álvarez-Arenas, Maimon Abdelkrim o Juan Carlos Querol podrían ser -entre otros, por supuesto- dignísimos rótulos para estas instalaciones. A su criterio, futuras señorías...

 

 

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