sábado. 27.04.2024

El señor presidente

El señor presidente es un hombre honorable. En su trayectoria profesional antes de dedicarse a las tareas públicas, había alcanzado el máximo reconocimiento posible. De modo que todo el mundo tiene claro que no estamos ante un vendedor de humo, sino ante alguien con prestigio y autorictas.

 

El señor presidente ejerce esa autoridad que va más allá del cargo. Es capaz, con su presencia, de dar realce al cargo que ocupa. Se permite mirar a los ojos a cualquiera y recordarle que, a fin de cuentas, el es el presidente, la autoridad que ha de respetarse. 

 

El señor presidente busca siempre el consejo de los hombres y mujeres que les rodean, escogidos a conciencia y avalados por un camino profesional intachable. Procura predicar con el ejemplo: si hay que llegar tarde la cena de Navidad con la familia, el es el primero que deja a la familia plantada en tan señalado día.

 

Procura no ser altivo; no duda en gastar bromas a los periodistas, pero siempre sabiendo marcar las distancias. No duda en recorrer kilómetros a pie o esperar pacientemente en la puerta del despacho de un contrincante para desbloquear la situación. Incluso, cuando nota que las circunstancias personales le despistan del cargo, no tiene problemas en echarse a un lado.

 

Sus colaboradores, a veces, se desesperan con el. Medita cada decisión hasta el extremo, sabiendo que cualquier error en una persona de su posición puede resultar fatal para el colectivo que dirige. Sabe que dispone de poder y recursos, pero que precisamente por ser quien es, debe limitarse más a la hora de usarlos. Y nunca en beneficio propio.

 

No se viene abajo en los momentos malos, ni se viene arriba en los momentos de euforia. En los días más oscuros, su equipo sabe que es capaz de sacar un conejo de la chistera, de hacer aparecer la magia y resolver las cosas en el último segundo. Pero no es magia; es sapiencia, capacidad de adelantarse  y tomar la decisión en el momento más indicado. Y de decidirlo en silencio; sabe que si aparenta nerviosismo, todo se va al garete. Pelea hasta el final por cumplir la palabra dada en campaña, sabe de las dificultades que atraviesan los desempleados y enfermos y de la necesidad de no esquilmar los recursos naturales, pensando en la herencia que dejaremos a las próximas generaciones.

 

El señor presidente (título, también, de uno de los mejores libros que he leído nunca) se llama Jed Bartlet y lo interpreta Martin Sheen en "El Ala Oeste de la Casa Blanca"....

El señor presidente