miércoles. 08.05.2024

La chica del paso de cebra

Tiene esto del coronavirus más revuelto al personal que un predictor a un convento. Hasta el punto de que el debate (no es interesante, sino cansino) en los últimos días en redes sociales no se centran en los ensayos clínicos, las posibilidades de matar al bicho sino entre que verdad es más grande. La que más o menos tenemos asumida la mayoría, que al margen de que los Gobiernos lo hayan hecho mal o peor esto va en serio y la que tiene cada vez más movilizadas a hordas de terraplanistas, negacionistas, y gente que está dispuesta a tirar por un campanario una cabra mientras entona el "Hakuna Matata" en honor a los dioses antes que someterse a un PCR.

 

Y ahí, el Gobierno tomó nota. Deduzco que habrá sido una jugada a varias bandas, con la fiscalísima y laquenodebesernombrada (enorme, Rebeca Argudo, enorme) que han diseñado una jugada digna de una octava temporada de "El Ala Oeste de la Casa Blanca". Cuando el país se desborda, nos damos cuenta de que las señales de tráfico son machistas. Que parece que es un hombre el que va delante, llevando a la mujer, que ya es mayorcita, autosuficiente y empoderada. Superfuerte, tía.

 

Que las carreteras -ya puestos- tengan más agujeros que el tabique de los Bárcenas y nos fijemos en esto, es otra cosa. Qué debamos hasta de callarnos y esto nos vaya a suponer un gasto curioso, no tiene la menor importancia. Los semáforos son machistas, y esta cruzada progresista tiene que acabar con eso, porque una cosa es centrar todos los esfuerzos en que la gente vaya al trabajo sin contagiar a quinientos y otra que no nos tengamos que olvidar de las cosas que de verdad importan. No se preocupen si al último que encontró un trabajo fijo en España le premiaron con un apartamento en Torrevieja, o si las empresas van cayendo como los pelos de los gatos durante la época de muda: el machismo ha llegado al Ceda el Paso y nosotros con estos pelos. O nosotras con estas pelas, como prefieran.

 

Pero la jugada les ha salido mal. Tanto hablar de los semáforos, tanto del coronavirus, que han logrado que las presideniales condolencias del último hijo de Krypton hacia los familiares de los 30 muertos por sobredosis o suicidio en las cárceles españolas durante el pasado año hayan pasado desapercibidas. Mujevy, tías...

 

 

 

 

 

La chica del paso de cebra