viernes. 26.04.2024

En 1988, fallecía en Estados Unidos Ángel Ruiz Lillo. Aquel muchacho que, a base de becas, había conseguido su sueño: ser artista. El 'sueño americano' se cumplió en el caso de Ruiz Lillo: llegó al gigante norteamericano para buscarse la vida y acabó siendo una celebridad. Michael Jackson, por ejemplo, contaba con esculturas suyas entre su colección privada.

Pero Lillo, cuya obra es considerada patrimonio a proteger por el Estado de Minneapolis, tenía un sueño. Un sueño que, a su vez, le unía con la ciudad en la que nació. Que la Dama de Ceuta, su obra más íntimamente querida, pudiese exponerse algún día en la ciudad que dejó atrás.

Lo consiguió. Treinta y cuatro años después de su muerte. La Dama de Ceuta es la principal pieza, pero no la única, de una exposición de los fondos de Bellas Artes de la Consejería de Cultura. En el corazón de Ceuta, el sueño de un ceutí universal. Disfrútenlo: encima, es gratis.

La Dama, en Ceuta: el sueño de un ceutí universal