domingo. 28.04.2024

Luis Carlos Zambrano nació donde aquel poeta que pedía que su voz fuera llevada al nivel del mar. En El Puerto de Santa María, a la vera misma uno de los lugares con más historia de nuestro país. El Cádiz de la Constitución de 1812, el Cádiz que encabeza a las ciudades de occidente en la fila del tiempo. El Cádiz que reivindica, junto a otra ciudad de 3.000 años, el legado común de Hércules.

A esa ciudad, en la que solo estuvo una vez dando una conferencia, promete volver para practicar lo que se ha convertido en su modo de vida: el submarinismo. Y el submarinismo arqueológico, en concreto. Zambrano pertenece a esa extraña pero interesante especie de personas que buscan los tesoros que el mar arrebató a los hombres. Lo hace en Ceuta, lugar donde los griegos ubicaban a aquel monstruoso Caribdis que devoraba barcos en La Odisea; probablemente, fuera la explicación de hace miles de años a los temporales de levante.

Zambrano llega a Ceuta para ofrecer su 'Catálogo íntimo de un submarnista'. Una obra de retratos de los mejores tesoros, los más impresionantes que se ha encontrado en su trayectoria: peces, plantas, moluscos... Todo un catálogo de formas de vida tan cercanas como extrañas a los ojos del urbanita.

Porque su exposición, que se ha inaugurado esta tarde y estará hasta el 15 de octubre en el Museo del Revellín, refleja sobre todo tranquilidad. La misma que confiesa le produce cada inmersión, cada paseo bajo la superficie, cada búsqueda de un trozo de nuestra historia sjumergida a metros de profundidad. "Si pudiéramos comprender mejor lo que hay ahí abajo, posiblemente seríamos conscientes del privilegio que tenemos", sentencia.

Luis Carlos Zambrano: de la inmensa tranquilidad del mar a las paredes del Museo