Pese a que en 2022 se inauguraba con la visita de Pedro Sánchez a Rabat lo que se llamó una "nueva era" en las relaciones bilaterales entre España y Marruecos, que incluían el "respeto" de ambos países a la integridad territorial del otro, Marruecos no ha cambiado su lenguaje con respecto a Ceuta y Melilla.
Lo demuestra, por ejemplo, el malestar del régimen magrebí por unas declaraciones de Margaritis Schinias, portavoz de la Unión Europea, en las que el griego hablaba de las dos ciudades como parte integrante del territorio nacional español. Pese a la 'nueva era', Rabat protestó al considerar a ambas como ciudades ocupadas.
Esta protesta formal tiene ya respuesta. Los eurodiputados españoles de Ciudadanos Maite Pagazaurtundua y Jordi Cañas preguntan a la Comisión que piensa de la protesta de Marruecos, que tilda de "actitud hostil" las palabras de Schinias. Es en este caso el alto representante de la Unión para Política Exterior, Josep Borrell, quien responde. "Las instituciones de la UE han reafirmado públicamente la conocida posición oficial sobre la importancia de la protección de las fronteras exteriores de la UE. Este fue también el objetivo de las declaraciones del Vicepresidente Schinas respecto a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, territorios que pertenecen a la Unión Europea y forman parte de sus fronteras exteriores. Por consiguiente, el Derecho de la Unión se aplica a Ceuta y Melilla. No se plantea una revisión de la extensa y fructífera asociación entre la UE y Marruecos", señala el que fuera ministro de Exteriores español.
Es decir: Europa señala, una vez más, a Ceuta y Melilla no sólo como partes integrantes de España, sino de la propia Unión Europea. Una postura en la que no sólo la Comisión, sino la propia Eurocámara, se ha ratificado en varias ocasiones, sobre todo a raiz de la entrada masiva de mayo de 2021.
