De haber nacido unos años más tarde, o de permanecer aún entre nosotros, a Luis García Berlanga le hubiera encantado la escena de esta mañana en pleno centro de Barcelona. Porque lo vivido en las últimas horas en las inmediaciones del Parlament de Catalunya habría hecho las delicias y, con suerte, servido de inspiración para el genio innato del autor de 'Plácido', 'Bienvenido Mr.Marshall' o 'El Verdugo'.
Carles Puigdemont no es Pepe Isbert. Pero alguien debe dar explicaciones, y tendrá qué hacerlo, como recordarán de la afamada escena de 'Bienvenido...'. Y es que la escena consiste en que un señor que lleva siete años huido de España reaparece en pleno centro de Barcelona para dar un discurso, rodeado de cientos de correligionarios y, a partir de ahi, se esfuma. Del discurso, poco que destacar criticas a la "politización de la Justicia" (sic), críticas al PP y a VOX y un último párrafo que empieza a cobrar más sentido a medida que pasan las horas: "En los días difíciles tenemos que estar juntos, como nunca y hemos de saber preparar nuevas oportunidades, porque las tendremos y porque nos las ganaremos. No sé cuánto tiempo pase hasta que volvamos a vernos, amigos y amigas, pero pase lo que pase, cuando nos volvamos a ver, espero que podamos volver a gritar juntos bien fuerte lo que ya dije en mi discurso ¡Viva Cataluña libre!".
Poco después, Puigdemont emprende el camino hacia el Parlament de Catalunya para asistir a la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de Cataluña. Pero, de golpe y porrazo, se esfuma. Al parecer, en un coche: las primeras informaciones de los Mossos hablan de que conocen, a medias, la matrícula y que se activa la denominada 'Operación Jaula'. Registrar vehículos en una de las zonas más transitadas de Cataluña para encontrar en su interior al Houdini de Girona.
De momento, no se sabe mucho más. Con un rictus tan desencajado como el que nos tenía acostumbrados cuando, siendo ministro, comparecía a diario para dar datos sobre la pandemia, Salvador Illa defiende su programa tras el atril de oradores del Parlament. Será investido, pero "a cambio de liquidar el Estado de Derecho", dice en una comparecencia la secretaria general del PP, Concepción 'Cuca' Gamarra. Y por si faltaba algún elemento para completar esta esperpéntica jornada, dos detalles: la detención de un Mosso, en activo, vinculado al coche en el que supuestamente huyó Puigdemont. Y la frase de uno de sus abogados: "el plan salió a la perfección", mientras comienza, en redes, a hablarse abiertamente de trato soterrado. La última imagen de Puigdemont en España: junto a Gonzalo Boyé -su abogado, acusación particular sin suerte en el 'Caso Tarajal'-, y minutos después de fotografiarse junto a Jordi Turull y un señor con camisa de tirantes, gafas de sol y gorra de triatleta.
A mediodía, y con las redes sociales convertidas ya en un auténtico chorreo -"Volverá para comer como mi padre", "España logra un oro en fuga individual"...-, los Mossos dan por finalizada, sin éxito, la Operación Jaula.
Don Luis habría disfrutado tanto...