La prolongada huelga de los médicos, que ya supera los cinco meses y medio, ha sumido a la ciudad en "una crisis sanitaria sin precedentes", denuncia el Sindicato Médico. "Mientras la administración central sigue sin mostrar voluntad de negociar con los funcionarios, los efectos devastadores se sienten en la población y en el sistema de salud".
El Sindicato Médico anunció la duración prolongada de la huelga, una situación que ha empeorado durante los meses de verano. La crisis se ha agudizado debido a la coincidencia de las vacaciones estivales y la Operación Paso del Estrecho (OPE), que ha atraído a una gran cantidad de personas a la región. La consecuencia directa ha sido la cancelación de más de 10.600 consultas y 340 intervenciones quirúrgicas programadas, y estas cifras siguen aumentando mientras la administración no toma medidas concretas.
La huelga de los médicos de Ceuta se inició el 9 de marzo, y desde entonces ha transcurrido más de medio año sin soluciones efectivas. A pesar de las múltiples reuniones entre los Sindicatos Médicos y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), no se ha alcanzado un acuerdo concreto. El Ingesa alega que carece de las competencias necesarias para abordar la problemática y califica su papel como meramente gestor. Ante la inacción de la máxima representación, los Sindicatos Médicos recurrieron directamente al Ministerio de Sanidad.
La principal reivindicación de los médicos se centra en la necesidad de atraer nuevos facultativos y retener a los especialistas ya existentes en los hospitales de Ceuta. La escasez de médicos ha generado una carga laboral abrumadora para los pocos profesionales que siguen trabajando. La situación se ha agravado con la partida de una docena de especialistas del Hospital Universitario de Ceuta en los últimos meses. Ceuta y Melilla cuentan con una de las tasas más bajas de médicos por habitante en toda España, y la Unión Europea ha catalogado sus sistemas sanitarios como los peores del país.
La población y el sector médico ceutí claman por una solución inmediata ante esta crisis que afecta la salud y el bienestar de la ciudadanía. Sin embargo, hasta el momento, las negociaciones siguen en punto muerto y la preocupación por el futuro de la atención médica en la región crece cada día.
