sábado. 20.04.2024

Jesús Cintora pertenece a esa generación de periodistas que nació en los últimos años del franquismo o los primeros de la democracia y que por ello conoció esas redacciones donde aún sonaba un tabulador, un teletipo, los ceniceros llenos de humo y la modernidad se presentaba en forma de disquette. Esa generación que tuvo que acostumbrarse a internet, y que por esa facilidad para adaptarse a las novedades técnicas que tienen siempre los más jóvenes, acabó siendo maestra para los que le precedieron en el esquizofrénico arte de vivir contando historias.

Se le nota. Atiende a los periodistas de Ceuta, y una palabra,Olivetti, provoca una sonrisa en los más veteranos mientras los más jóvenes piensan, mentalmente, que han oido hablar de eso. Pero en su breve intervención habla, en muchas ocasiones, de lo que supone haber comenzado en aquellas redacciones en las que tener un correo electrónico significaba haber entrado en la vanguardia. Habla, en reiteradas ocasiones, de oficio.

Cintora atiende a los medios de comunicación locales / África González
Cintora atiende a los medios de comunicación locales / África González

"Igual que a nadie le gustaría que a la hora de entrar en un quirófano le dijeran que le va a operar un cirujano que lleva tres operaciones, con la información pasa lo mismo. Se requiere un tiempo, pero no un tiempo en los medios de comunicación, sino desechando bulos, tratando la información. Con oficio".

Pero ¿de qué va su libro? "Va de  libertad de expresión, el poder, el reparto de la riqueza, aquello que se oculta o se pasa de puntillas solo por que conviene. El día a día nos ofrece constantes ejemplos entre lo que nos cuentan que ocurre y lo que está ocurriendo. Ahí está la clave: en saber quien paga la tinta".

Seamos coetáneos o no de Cintora, lo cierto es que la humanidad ha vivido en las últimas décadas una de las mayores revoluciones -si no la que más- de su historia: Internet. ¿Ayuda a informar o desinforma? "Las nuevas tecnologías están ahí. Plantean más ventanas, y eso tiene sus claros y oscuros. Yo defiendo la profesión periodística como la que tiene que tratar la profesión, con el oficio, con el tratamiento de la información, desechando bulos"

Momento de la presentación / África González
Momento de la presentación / África González

Pero en la teoría de la información -aquello de las cinco uves dobles, la pirámide invertida, y demás- siempre aparece un protagonista, casi al mismo nivel que el periodista: el receptor. ¿Es exigente, quiere saber la verdad, o lo prefiere cortito y al pie?" No voy a ponerme a hacer baremos de la gente informada o mal informada. Hay un público que está interesada en obtener información de calidad, igual que hay gente que solo quiere escuchar lo que reafirme sus ideas, igual que hay gente que pasa olímpicamente y vive tan feliz viendo el programa de chismes". Y sólo confiesa haber recibido presiones en este libro "en relación a Juan Carlos I. Por cierto, que enviando el problema a Emiratos Árabes Unidos no se resuelve. Yo sigo queriendo saber donde está el dinero", señala.

En conclusión, y vuelve a hablar de oficio: "hay que defenderlo como algo que es noble, pero también hay que ser realistas y saber que hay gente interesada en la desinformación". Gente en general: "no hay nada malo en que un consejero delegado mande en una empresa, ni hay que arremeter contra todos los empresarios. Los hay que tratan la información de un modo decente, los hay que andan a mitad de camino y los hay que compran bulos y venden mercancía averiada".

Jesús Cintora: "No podemos olvidar que hay gente interesada en la desinformación"