La intención de acabar con el botellón, por parte de la Ciudad y de los empresarios, no es nueva. En un esfuerzo por erradicar el consumo de alcohol en menores, los diferentes agentes intervinientes han mantenido reuniones en los pasados meses centradas en este objetivo, en la que se identificaron algunas de las causas.
En estas reuniones se han alcanzado compromisos para poner punto final a un hecho que si bien está prohibido, sigue ocurriendo. Compromisos para crear una regulación efectiva que contribuya como solución al problema.
Sin embargo, del compromiso al hecho han transcurrido meses, sin que se haya actuado para cambiar la situación. Una realidad perjudicial desde múltiples puntos de vista, para los menores que lo emplean como ocio, a quienes tienen que limpiar el incivismo que arroja este fenómeno.
La Cámara continúa insistiendo al Gobierno para que regule, y soluciones este problema que afecta especialmente a los jóvenes de Ceuta.
