Lo único que está seguro respecto al futuro de los autobuses es que el Gobierno de la Ciudad no va a asumir la gestión directa del servicio. Ha vuelto a insistir en ello, en declaraciones a Ceuta Televisión, el consejero de Gobernación, Jacob Hachuel. El responsable político del área señala que en ciudades de un tamaño similar a Ceuta cada vez son menos los ayuntamientos que gestionan directamente esta competencia, y que no sería factible introducir modificaciones que pudieran ser necesarias en el servicio.
El Gobierno apuesta, pues, por seguir externalizando un servicio cuya licitación saldrá a concurso en 2019 tras veinticinco años. En cuanto a las novedades, y al margen de las técnicas -gps, avisador de llegada a las paradas, mejor señalización o una aplicación de móvil para saber si cada vehículo va o no en su hora-, no es descartable que aparezcan nuevas líneas. Tras un cuarto de siglo desde la anterior licitación, la ciudad ha cambiado.
Hachuel no sabe si habrá o no, por ejemplo, autobús circular: es la sociedad PROCESA la encargada de realizar el pliego de condiciones, cuyo borrador será analizado por los grupos parlamentarios antes de aprobarse definitivamente. Por otra parte, y aunque la Ciudad no sea competente en las negociaciones del convenio colectivo recientemente finalizadas, si ha agradecido tanto a empresa como a sindicatos que ambas partes hayan sido capaces de renunciar a aspiraciones para poder desbloquear la situación.
