En una muestra de solidaridad y movilización, un grupo de jóvenes estudiantes se congregó en la Plaza de los Reyes para protestar por lo que denominaron "el genocidio atroz" que sufre el pueblo palestino a manos del estado israelí. Mientras se realizaba la instalación de la "bola de navidad", en la misma plaza, los estudiantes expresaron su rechazo a la situación en Palestina uniéndose a una huelga en “más de 40 ciudades”.
El manifiesto que resonó en la concentración denunció “los ataques indiscriminados perpetrados por el estado israelí, señalando la destrucción de hospitales, el hambre impuesto, y la violencia que ha cobrado la vida de miles de inocentes, especialmente niños y niñas”. "Quieren convertir Gaza en un río de sangre y ruina", expresó una de los manifestantes, reflejando el sentimiento de indignación y urgencia ante la situación en la región.
Los estudiantes expusieron su mensaje. "La propia embajada de Israel intentó prohibir esta huelga, pero no nos callarán", afirmó el manifiesto durante la concentración. “La implicación de diversas formaciones políticas europeas, entre ellas el Partido Popular y VOX, en el respaldo al estado israelí fue duramente criticada, vinculándolas con posturas de extrema derecha y fascismo.
El llamado a la solidaridad internacionalista resonó fuertemente en el discurso de los manifestantes, quienes instaron al gobierno español a romper relaciones políticas, económicas y militares con Israel. "No hay neutralidad posible, o se está con el pueblo palestino o se es cómplice de su destrucción sionista", expresó una de las líderes estudiantiles.
Además de exigir una postura clara del gobierno español frente al conflicto, los estudiantes llamaron a la unión de fuerzas entre estudiantes, profesores, familias y trabajadores para luchar contra lo que denominaron "terrorismo de Estado de Israel". La propuesta de una huelga general que paralice todas las actividades fue mencionada como un paso fundamental para detener el genocidio.
En un mensaje de convocatoria a la acción, los estudiantes instaron a la formación de comités de solidaridad con Palestina en cada centro de estudio y barrio. "La lucha continúa hasta que el pueblo palestino sea libre", concluyó la oradora, subrayando la determinación del movimiento estudiantil por seguir levantando la voz en apoyo a la causa palestina.
La concentración, que coincidió con la ceremonia de investidura, no solo se enfocó en la solidaridad con Palestina, sino que también se erigió como “un día de lucha contra el fascismo, tanto en Israel como en el Estado español”. Los jóvenes participantes, lejos de la apatía atribuida a su generación, reafirmaron su compromiso con la lucha por “la justicia y la libertad, transformando su rabia e indignación en una lucha organizada y consciente”.
