viernes. 29.03.2024

Estuvo a punto de ser secretario general de su partido en 2014, perdiendo las primarias frente a Pedro Sánchez, y renunció a su escaño en el Congreso pocos meses después de que el actual presidente volviese a ocupar el despacho principal de Ferraz. Pero Eduardo Madina (Bilbao, 1976) nunca ha dejado de concitar cierta expectación ante cada palabra, gesto, comentario en tertulia o columna de opinión. Este viernes ha estado en Ceuta, en la Biblioteca Pública del Estado “Adolfo Suárez” para recibir el premio María Miaja; apellido vasco como el suyo, le recuerdan al comienzo de un acto organizado por Mujeres Progesistas y Búscome y con destacadas ausencias del socialismo local -no asistieron los diputados Manuel Hernández y José María Mas, por ejemplo, ni apenas nadie de la actual Ejecutiva del PSOE- sobre las que no se pronuncia. Sin embargo si lo hace sobre el tema que le ha traido a Ceuta: el feminismo. Una corriente esencial para la democracia.

 

Madina recoge el premio horas después de que Juan Manuel Moreno Bonilla se convierta en presidente andaluz tras el acuerdo entre PP, Ciudadanos y VOX. Que el Gobierno de Andalucía esté, dice el, en manos de VOX no le preocupa; si le inquieta el destino de ocho millones y medio de personas.

 

 

 

El militante socialista no se siente capaz de responder en cuestión de segundos una pregunta sobre la que, dice, hay hasta tesis doctorales. ¿Por qué la gente vota a partidos de la denominada extrema derecha?. ¿Qué resorte mueve a ciudadanos de confines tan distintos a optar por opciones como Bolsonaro, Le Pen, Salvini o Trump?

Madina reivindica el feminismo como “esencia” de la democracia