Los consejeros -la mayoría en funciones- de Sanidad y el Gobierno central han aprobado esta tarde, en el Consejo Interterritorial de Sanidad, poner el punto y final a la que, prácticamente, era la única medida de lucha contra la pandemia que aún permanecía vigente: la obligatoriedad de las mascarillas tanto en farmacias como en centros de salud. De ser obligatorio, el uso del cubrebocas pasará a ser recomendable y, por supuesto, optativo.
Ha habido unanimidad en la decisión, en una reunión presidida por el ministro en funciones del ramo, José Manuel Miñones. Matizamos: la Comunidad de Madrid ha votado en contra por considerar "electoralista" la decisión, adoptada a un mes justo de las Elecciones Generales.
Incluso, esta eliminación de la obligatoriedad -que no de las mascarillas, insistimos- podría ir más allá. Las Residencias de Mayores podrían ser los siguientes lugares en que se eliminasen. El motivo, "perjudica a las personas mayores y con dependencia porque les acarrea problemas de comunicación, en especial a aquellos usuarios que presentan problemas auditivos o demencia. El hecho de que los profesionales deban llevar tapada la boca les impide comprender con claridad sus mensajes. Y les provoca problemas psicológicos, les recuerda constantemente la situación vivida durante la pandemia”, dice a la Cadena SER Cinta Pascual. Es la presidenta de la Confederación Estatal de Atención a las Personas, la 'patronal' de las Residencias de Ancianos.
Las mascarillas, que se convirtieron en un artículo casi de lujo hace tres años, casi desaparecen de nuestras vidas. En los hospitales, principalmente en las UCI's (donde siempre lo fue) y en unidades de pacientes oncológicios e inmunodeprimidos seguirá siendo obligatorio un elemento imprescindible y que nos recordará siempre a la pandemia que paró el mundo.
