viernes. 19.04.2024

Si preguntásemos similitudes entre el fallecido Leopoldo Calvo-Sotelo, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero,  la primera sería señalar que tres han sido presidentes del Gobierno. Pero hay otra que pocas veces se tiene en cuenta: son los únicos de la historia que no han tenido que enfrentarse a una moción de censura. Al primero, cuya investidura se produjo por la única dimisión de un inquilino de Moncloa hasta el momento, fue prácticamente lo único que le faltó en su año y diez meses en la Presidencia. Contra los otros,  no hubo acuerdo para impulsarla.

Ramón Tamames, candidato propuesto por VOX, junto al presidente de esa formación, Santiago Abascal
Ramón Tamames, candidato propuesto por VOX, junto al presidente de esa formación, Santiago Abascal

Pero el resto de los presidentes si han tenido que acudir en algún momento al Congreso de los Diputados para ver como la misma cámara que les investía de la confianza podía retirársela. La misma situación que se va a dar lugar este martes y miércoles, con el nonagenario Ramón Tamames como candidato de la segunda moción contra el actual; Pedro Sánchez. Repasemos, a continuación, la historia de las mociones de censura en España

1) Felipe González contra Adolfo Suárez (1980)

A efectos puramente legales, una moción de censura está recogido en el artículo 113 de la Constitución. Se trata, simplemente, de sustituir a un presidente en ejercicio sin que haya urnas de por medio. Pero en la mayoría de las ocasiones ha sido empleada con otros efectos: exponer un programa de Gobierno ante la cercanía de unas Elecciones o dar la puntilla a un Gobierno cercano a perder los próximos comicios. Eso fue lo que ocurrió con la primera moción de censura de nuestra democracia: Adolfo Suárez presidía un Gobierno descompuesto por mil tensiones internas en el seno de la UCD, una crisis económica galopante y los peores años -de atentado por día- del terrorismo etarra. La moción de censura fue defendida por Alfonso Guerra que, entre otras cosas, acusaba al Gobierno de Suárez de "manipulación informativa" porque el entonces ministro, Rafael Arias Salgado, había colocado a su hermano al frente de RTVE. Guerra reprochando la actuación de un rival con uno de sus hermanos. Ya dijo Chaplin aquello de que el tiempo siempre era el mejor guionista puesto que siempre encontraba el final perfecto.

Felipe González, durante la moción de 1980
Felipe González, durante la moción de 1980

2) Antonio Hernández-Mancha contra Felipe González (1987)

Si la anterior moción de censura si cumplió el objetivo de dar el 'golpe de gracia' al Gobierno de Suárez, otras se presentan en clave interna: la de ratificar el liderazgo de una persona al frente de la formación que la presenta. Es el caso de Antonio Hernández-Mancha. Presidente de Alianza Popular, cuestionado casi desde el momento en que asumió el relevo de Manuel Fraga junto a Jorge Vestrynge, Hernández-Mancha necesitaba un golpe de efecto que le confirmase como líder de la oposición. Ni de lejos: Felipe González actuó con una actitud condescendiente hacia el político extremeño, al que la dupla González-Guerra machacó sin piedad. Fue el principio del fin de Alianza Popular: Fraga recuperó el mando de la coalición que había formado para entregarle el mando dos años después a un joven inspector de Hacienda casi desconocido: José María Aznar. Hernández-Mancha desapareció de la vida política durante años, y los españoles no volvimos a saber prácticamente nada de el hasta que el  periodista Alfonso Rojo se lo encontró casualmente en Bagdad durante la II Guerra del Golfo buscando alquilar unas oficinas para una empresa que quería participar en la reconstrucción de Iraq...

Antonio Hernández-Mancha, ex presidente de Alianza Popular
Antonio Hernández-Mancha, ex presidente de Alianza Popular

3) Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy (2017)

Hasta la semana pasada, Mariano Rajoy ostentaba un curioso récord: ser el presidente que más intentos de censura ha sufrido por parte del Congreso. La primera, fallida, fue en 2017 por parte de un Pablo Iglesias que se había quedado en 2015 a las puertas del ansiado sorpasso al PSOE por la izquierda, y buscaba reivindicarse como líder de la oposición con unos socialistas laminados por el Comité Federal de 2016 que acabó con la dimisión de Sánchez como secretario general. Rajoy sorprendió debatiendo con el propio Iglesias, lo que se interpretó como un reconocimiento 'de facto' al fundador de Podemos como líder de la oposición. Los socialistas se abstuvieron y Rajoy siguió siendo presidente.... unos meses más

Pablo Iglesias, en la moción de 2017
Pablo Iglesias, en la moción de 2017

4) Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy (2018)

Una semana antes, las cosas marchaban razonablemente para el Gobierno de Rajoy. Acababa de aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2018, con un acuerdo duramente trabajado con socios minoritarios, lo que en principio garantizaba al PP agotar la legislatura. Pero entonces, llegó la sentencia del 'Caso Gürtel' y todas las miradas se dirigieron a Sánchez: en año y medio, pasó de estar defenestrado por los suyos a firmar la única victoria en una moción de censura, entre rumores de dimisión del propio Rajoy -icónica la imagen del bolso de Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta entonces, en el asiento del presidente mientras este seguía los acontecimientos desde un bar cercano- para evitar el cambio de Gobierno. Finalmente, un Albert Rivera que en los sondeos de la época cosechaba alto ordenó la abstención de Ciudadanos, y el PSOE sumó junto a nacionalistas y Unidas Podemos para poner fin a la etapa Rajoy en el Gobierno.

Rajoy felicita a Sánchez tras triunfar, por primera y única vez, una moción de censura en el Congreso
Rajoy felicita a Sánchez tras triunfar, por primera y única vez, una moción de censura en el Congreso

5) Santiago Abascal contra Pedro Sánchez (2020)

Un principal partido de la oposición debilitado y una opción en principio ideológicamente afín pero surgido de sus entrañas presentando una moción de censura para ratificar al líder como jefe de la oposición. Fue lo de Iglesias en 2017, pero también lo de Abascal en 2021: el líder de VOX quiso reivindicarse como principal cabeza de la derecha con una moción de censura. De paso, Abascal dejó que la moción la defendiese Ignacio Garriga, candidato de VOX a la Presidencia de Cataluña, que a la postre obtuvo unos muy buenos resultados para la formación que representa en la comunidad catalana. La incógnita, como mañana: saber que iba a hacer el PP. Se abstuvo, por orden de Pablo Casado, algo que el propio Abascal admitió que le había dolido, incluso, personalmente puesto que ambos fueron compañeros de partido en sus años de juventud.

Santiago Abascal, durante la moción de 2020
Santiago Abascal, durante la moción de 2020

Pero no solo ha habido mociones de censura a nivel nacional. Los parlamentos autonómicos, bien por cálculo electoral o bien por posibilidades reales, han vivido un buen puñado de ellas. Incluso, el Ayuntamiento de Madrid sustituyó al socialista Juan Barranco -último miembro del PSOE en el consistorio de la Villa y Corte- por el ex ministro de Defensa Agustín Rodríguez Sahagún, entonces en el CDS. Pero volviendo al ámbito autonómico. ¿Adivinan cuales son las dos únicas regiones en las que se ha presentado más de una moción de censura?. En efecto: Ceuta y Melilla. En la ciudad hermana, tres: dos contra Ignacio Velázquez -ceutí de nacimiento-, encabezadas por el socialista Alberto Paz (fallida) y otra por el independiente Enrique Palacios, meses después. Era 1998: dos años después, una moción presentada por Juan José Imbroda (entonces, al frente de la Unión del Pueblo Melillense) permitía desalojar a Mustafa Aberchán de la Presidencia de la Ciudad.

Mustafa Aberchán, durante su etapa como presidente
Mustafa Aberchán, durante su etapa como presidente

Y en Ceuta, en puridad, hemos vivido tres: dos en la etapa autonómica y una en la municipal. Las dos autonómicas tuvieron lugar en muy poco tiempo: recien concluidas las Fiestas Patronales de 1999, la socialista Susana Bermúdez hacía temblar los cimientos políticos de la ciudad al firmar una moción de censura con los doce diputados del GIL y acabar así con el tripartito PP-PSOE-PDSC que mantenía a Jesús Fortes -al que la noticia sorprende en el ferry a Algeciras iniciando sus vacaciones- al frente del consistorio local. Año y medio después, Aida Piedra Rubio daba una sorpresa firmando una moción de censura que permitió a los anteriores sumar los votos de varios de sus compañeros del GIL -entre ellos, Bermúdez- contra Antonio Sampietro, que acabó en el Hospital de la Cruz Roja con una crisis de ansiedad y persiguió amenazando a quien había sido una persona de su confianza por los pasillos del Ceuta Center. Era 2001 y acabó como presidente el número 5 de la segunda lista más votada en las Elecciones anteriores. El actual: Juan Vivas.

Antonio Sampietro, recién investido presidente en 1999, saluda a Susana Bermúdez
Antonio Sampietro, recién investido presidente en 1999, saluda a Susana Bermúdez

Pero ¿hubo una tercera, verdad?. Para ser exactos, fue la primera no solo de Ceuta, sino de toda España: la impulsada por varios concejales del PSOE contra su líder, Francisco Fráiz. Era 1985, y Aurelio Puya acabó como alcalde. No sin antes protagonizar una escena digna del mejor García Berlanga: los dos llegaron al día siguiente al despacho a primerísima hora de la mañana para impedir que el otro accediera a la Alcaldía. Ninguno reconocía la autoridad del otro. Fue finalmente Manuel Peláez -primer delegado del Gobierno civil- el que tomó la decisión: sacar, vía Policía Nacional, a Puya del Ayuntamiento. Finalmente, fue este el que acabó siendo alcalde durante un par de años hasta que el entonces senador Fructuoso Miaja se convirtió en alcalde en 1987. Aquello lo resumió, perfectamente, el  que era corresponsal de El País en Andalucía y Ceuta, Alfredo Relaño: el mejor alcalde, ninguno.

De las chaquetas de pana al nonagenario Ramón Tamames: crónica de las mociones de censura