Es bien sabido que, en clave interna de los partidos, nadie pierde en un debate. Todos se consideran legítimos ganadores y presumen de las intervenciones de su líder, sean como sean las mismas. Pero como al rey que va desnudo, los ojos y manos ajenas no dejan de señalar lo que este martes parece una evidencia y que no es otra que Alberto Núñez Feijóo se impuso en la cita clave de esta campaña, el cara a cara entre el presidente y el líder de la oposición.
En esa victoria coinciden todos los medios nacionales, incluso aquellos que han militado abiertamente a favor del Gobierno socialista durante los últimos meses y que este martes, también, le dan la victoria al candidato del PP y es que, insisten todos ellos, en un debate bronco y en el que los llamados a moderar no lo hicieron, el nerviosismo del presidente del Gobierno y candidato del PSOE quedó en evidencia, en contraste con la templanza y el aplomo de Núñez Feijóo, que mantuvo el tipo incluso en los momentos en que Sánchez apenas le permitía hablar con interrupciones continuas.
Un debate en el que lo de menos fueron las propuestas de cara a futuro y lo de más los reproches y las acusaciones de mentir entre ambos candidatos, con Vox y Sumar muy presentes pese a no participar en la cita, y en el que se colaron Ceuta y Melilla, como les contábamos ya anoche, para afrontar el conflicto laboral en el ámbito sanitario, donde los médicos llevan más de 4 meses de huelga, siendo, precisamente, los únicos territorios en los que la competencia sanitaria es del Gobierno de la Nación, liderado por Pedro Sánchez.
Pese a ello, para los partidos, como les decíamos al principio, su líder siempre se impone en estas citas, y así lo consideran también en el PSOE de Ceuta. Su candidato al Congreso, Adil Mohamed, no ha dudado a la hora de señalar que “En el Cara a Cara entre Feijóo y Sánchez, los españoles han podido ver a un presidente con propuestas y con un proyecto que ya es una realidad y un aspirante que usa la mentira como arma política”. Y es que en eso llevan amparándose en el PSOE desde la noche de este lunes, señalando que “Feijóo ayer no paró de mentir en el cara a cara. Mintió sobre los datos de creación de empleo, mintió sobre la cifra de autónomos y sobre el precio de la energía, mintió incluso al decir que PP apoyó la subida de las pensiones, lo que es rotundamente falso. Y lo peor es que mintió sin sonrojarse siquiera y a sabiendas”. Y otro mantra, que también repitió Sánchez hasta la saciedad, el de los pactos con Vox en algunos gobiernos autonómicos, que desde el PSOE se está empleando para tratar de paralizar la fuga de votos de centro hacia el PP y sobre los que Mohamed ha señalado que “Feijóo trató de ocultar lo que está pasando ya en este país a consecuencia de los pactos de PP a Vox en Ayuntamientos y comunidades autónomas. Están dando el poder a quienes niegan la violencia machista y a los negacionistas del cambio climático para cargarse paraísos como Doñana o censurar a Virginia Wolf o Lope de Vega”.
Los vencedores, sin embargo, prefieren tirar de prudencia y señalar que queda mucha campaña por delante. Eso sí, Javier Celaya, candidato al Congreso del PP, se ha mostrado convencido de que “la ola azul de las autonómicas y municipales se convertirá en un tsunami azul el próximo 23 de julio”. El candidato del PP ha señalado, además, que Sánchez rayó “la mala educación” en varios momentos del debate y que a Núñez Feijóo no le quedó más opción que contraatacar llegado el momento y ha subrayado que la actitud del presidente del Gobierno fue “torpe” al poner sobre la mesa algunos asuntos que, precisamente, no le favorecían, como los viajes en Falcon, enredándose él solo, bajo el punto de vista de los Populares, en su propia red.
En definitiva, en el debate de este lunes Núñez Feijóo consiguió su objetivo de mostrarse como el líder templado y moderado que promete ser, un líder alejado del enfrentamiento, como llevan subrayando desde su partido desde el inicio de la campaña, y que pretende volver a unir lo que se ha desligado a lo largo de los últimos años. Templanza y aplomo para vencer a un nerviosísimo Sánchez que en su filosofía de que la mejor defensa es un buen ataque acabó pasándose de frenada.
