Ceuta Televisión ha realizado un análisis detallado del mercado local para entender cómo estas condiciones extremas están transformando las preferencias alimenticias en la ciudad. El efecto combinado del calor agobiante y la inflación ha llevado a cambios notables en los hábitos de compra y consumo.
El sector de verduras ha experimentado un cambio marcado en el comportamiento del cliente. Se observa una tendencia hacia la compra de más frutas y menos verduras. Los ceutíes optan por frutas cítricas y alimentos con alto contenido líquido, como sandías y melones. Esta elección puede atribuirse al deseo de mantenerse hidratados en medio de las altas temperaturas del verano. Además, los vendedores han notado una disminución en el volumen de compra, lo que sugiere una mayor cautela en los gastos.
El sector de pescado y marisco también ha sentido el impacto del panorama económico actual. Las ventas han disminuido en esta categoría debido al aumento de precios. Antes, con el mismo presupuesto, las familias solían llevar un kilo o dos de estos productos, pero ahora el mismo dinero rinde para menos cantidad debido a los incrementos en los precios. Los entrevistados explican que, aunque los precios han aumentado, los salarios no han seguido el mismo ritmo. Como ejemplo, nos muestran un pargo que antes valía 20 euros el kilo, y ahora está a 38, casi el doble.
El marisco fresco, como las centollas, presenta un desafío adicional. Mantenerlo en condiciones óptimas requiere transportarlo desde la península en camiones especiales, lo que incrementa el precio final. Aunque el público demanda marisco fresco y vivo, este esfuerzo logístico agrega costos que los consumidores están dispuestos a asumir para mantener la calidad del producto.
Ante estas circunstancias, las sardinas se posicionan como uno de los productos más vendidos durante el verano. Tanto por su atractivo precio como por la posibilidad de cocinarlas a la parrilla, muy apetecible en verano, las sardinas se han convertido en una elección popular en esta época del año.
El mercado de Ceuta sigue siendo un reflejo dinámico de las realidades económicas y climáticas. Los consumidores están ajustando sus preferencias y elecciones para afrontar el calor y la inflación, demostrando una adaptación constante a las circunstancias cambiantes.
