Ceuta, una parte de España con una situación energética peculiar debido a sus condiciones geográficas, se encuentra ante un horizonte prometedor en términos de sostenibilidad y futuro energético. José María Marín Quemada, catedrático de Economía Aplicada de la UNED, muestra su optimismo en relación a las perspectivas de la ciudad.
En una entrevista realizada durante su visita esta semana a la ciudad para intervenir en el curso de veranode la UNED, el catedrático resalta la importancia de un nuevo cable submarino que se espera potencie de manera extraordinaria las posibilidades energéticas, industriales y de negocios en Ceuta. Este cable submarino no solo mejorará el suministro energético de la ciudad, sino que también impulsará su desarrollo económico en general.
Ante la opción de instalar una planta de hidrógeno en Ceuta como alternativa a la conexión con la península, Marín Quemada expresa que el hidrógeno es una posibilidad de futuro magnífica, pero actualmente plantea interrogantes tanto técnicos como económicos. Considera que avanzar paso a paso es una estrategia acertada, y la instalación del cable submarino es un primer paso hacia un futuro energético más sostenible para Ceuta. De esta manera, se establece una base sólida mientras se exploran otras alternativas energéticas en el futuro.
El tema del cable submarino cobra relevancia en un contexto más amplio, ya que se ha planteado que la Península Ibérica es una "isla energética". Desde esta perspectiva, Ceuta se podría considerar una isla dentro de una isla. Ante la pregunta sobre el optimismo en relación a esta infraestructura, Marín Quemada responde que se debe ser absolutamente optimista. Además, menciona que en el curso de la UNED hay una persona experta en tender el cable submarino, por lo que recomienda recurrir a ella para obtener respuestas más precisas sobre el tema.
En su ponencia, Marín Quemada abordó los riesgos del escenario actual, marcado por turbulencias como el Brexit, la pandemia, la crisis de los semiconductores y la guerra de Ucrania. Estos elementos configuran un panorama inquietante que tiene implicaciones estratégicas en el ámbito energético. Destaca la dependencia energética de Rusia como una cuestión relevante en la búsqueda de cambios en el sector energético.
En cuanto a la posibilidad de dejar de depender de los combustibles fósiles y los países productores en un plazo razonable, el catedrático señala que no es fácil debido a la dependencia generalizada en Europa. Aunque las energías renovables han avanzado considerablemente en los últimos años, todavía se requieren fuentes de energía base. La guerra de Ucrania y su desenlace incierto plantean interrogantes sobre la dependencia energética de Europa y España en particular.