A veces, la mayor revolución es volver al origen. Esa fue la sacudida, la revuelta que los hermanos Márquez Mateo protagonizaron hace más de un cuarto de siglo. En un momento en que el carnaval gaditano empezaba ya a dejar de ser localista para convertirse en el fenómeno global que es hoy, ellos decidieron dejar la guitarra en casa para salir a caja y bombo.
Pero de aquella "Blancanieves" (que raro suena, por cierto, su mítico pasodoble con la compañía de aquella guitarra que "tenía celos del ritmo del compas de la caja") pasaron a la comparsa, siempre innovando. La chirigota que nunca les dio el primero, la comparsa que los encumbró en tantas ocasiones...
Agrupación de culto: dícese de aquella que empieza a cantar su antología y consigue que absolutamente todas las piezas de su repertorio sean coreadas, que todos los que las oyen las recuerden, pese al tiempo transcurrido. Los hermanos Márquez Mateo, aquellos que devolvieron a la chirigota a su esencia, que resumieron con humor y rigor la historia de la Monarquía en diez minutos, que entraron en el mundo de las comparsas para disputarle el corral a los gallos más altivos, lo consiguen. Puro caviar, pues, para los paladares más sibaritas y exigentes. Inmejorable final de fiesta, y gran detalle al dedicar el repertorio a la memoria de Alba Torres.
