Los peregrinos de Ceuta vivieron una jornada inolvidable en las Jornadas Mundiales de la Juventud, donde finalmente tuvieron el anhelado encuentro con el Santo Padre. A pesar del sol inclemente y las temperaturas cercanas a los 40 grados, la fe y la emoción llenaron el Campo de Gracia, donde se congregaron los peregrinos y donde ni siquiera cabía una persona más. Desde una autopista cercana, otras personas también participaron del encuentro con su santidad.

La jornada comenzó con un cálido saludo del papa a los jóvenes peregrinos, seguido de una emotiva adoración al Santísimo Sacramento y una vigilia musical y reflexiva. Voluntarios de diferentes partes del mundo ofrecieron su trabajo para hacer posible este evento, e incluso se encargaron de repartir la comunión, haciendo que cada detalle estuviera cuidado.

El Santo Padre recorrió todo el campamento, saludando a los peregrinos de todas partes del mundo, brindándoles palabras de aliento y bendiciones. La asistencia fue masiva, y se hizo patente el fervor y la devoción de todos los presentes.

El acceso al Campo de Gracia no fue tarea fácil, debido a los controles de seguridad y la gran afluencia de gente. El río humano para entrar al recinto tomó más de seis horas, pero a pesar de las largas esperas, la motivación y el deseo de encontrarse con el Santo Padre no mermaron. La salida también requirió cierto tiempo, pues se procuró evitar aglomeraciones y prevenir situaciones arriesgadas debido al calor.

Mañana, los peregrinos de Ceuta y de otras partes de España, Europa y el mundo tendrán otro encuentro significativo, esta vez con Kiko Argüello, el iniciador del Camino Neocatecumenal. Esta tradición se realiza tras la conclusión de las Jornadas Mundiales de la Juventud, y una vez finalizado el encuentro, los peregrinos tomarán el camino de vuelta a Ceuta, donde arribarán el día martes aproximadamente a las 9.00.

La jornada de encuentro entre los peregrinos de Ceuta y el Santo Padre durante las Jornadas Mundiales de la Juventud fue un evento cargado de fe, emoción y devoción. A pesar de las dificultades logísticas y del inclemente sol, los peregrinos demostraron su fervor y entusiasmo por participar en este encuentro histórico. La asistencia multitudinaria y la presencia de voluntarios de todo el mundo dieron muestra de la unión y la solidaridad en torno a la fe. Sin duda, esta experiencia quedará grabada en el corazón de cada peregrino, recordándoles la importancia de la esperanza, la fe y la unidad en su camino de vuelta a casa.