“Cualquier ciudad se enorgullece de su Catedral visitada por miles de personas, mientras la nuestra se nos cae. ¡Qué vergüenza!”. Esta es la amarga queja, la denuncia, de uno de los muchos fieles que de forma habitual acude a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y que este fin de semana ha llegado al límite. El motivo, la situación en que se encuentra el templo, con desperfectos en las paredes que no se arreglan, los techos dañados y soltando caliche en todo momento, que cae sobre quienes acuden a cualquiera de los actos litúrgicos, y obras iniciadas hace meses y sin acabar, han explicado, cubiertas con una lona negra, pero sin avance.
“Está toda hecha polvo”, confiesa otro devoto, “lo que mejor está es el altar mayor y la girola, lo demás es una ruina”. Unas opiniones que se extienden entre quienes acuden de forma habitual al templo, especialmente en estos días, inmersos en plena Cuaresma y preparando una Semana Santa en la que la Catedral adquiere especial protagonismo.
Todo ello mientras que, hace apenas 20 días, el pasado 7 de febrero, la Ciudad y el Obispado visitaban todos los templos en los que hay actuaciones pendientes, entre ellos la Santa Iglesia Catedral. Una visita a la que acudían el consejero de Educación y Cultura, Carlos Rontomé y la responsable de Festejos, Adela Nieto, por parte de la Ciudad, mientras que por parte de la entidad eclesiástica lo hacían el vicario general de la ciudad, Francisco Fernández Alcedo y la ecónoma del Obispado, Carmen Lobato Escámez. Durante estas visitas ambas entidades se comprometían a seguir adelante con su línea de colaboración y los convenios que, señalaban, "canalizados a través del departamento que dirige Rontomé, se están llevando a cabo, o se prevén acometer próximamente, reformas y obras de impermeabilización, adecuación eléctrica, iluminación o refuerzo de las estructuras, lo que permitirá una mejora sustancial del estado y conservación de dichos templos". Unas obras de conservación que no serían las primeras en la Santa Iglesia Catedral y que, sin embargo, no han contribuido a dar de la misma una imagen de templo cuidado.
Especialmente significativo, señalan los fieles a Ceuta Televisión, es que la obra que se inició y que se encuentra situada en la zona derecha del templo, se encuentre parada y cubierta, sin perspectiva de avance. Se trata, precisamente, de la zona del altar en que de forma habitual se encuentran las imágenes del Cristo de la Flagelación y María Santísima de la Caridad, que desde el inicio de las actuaciones fueron trasladados a la girola, donde permanecen a día de hoy.
Se da la circunstancia, además, de que la Catedral se ha convertido en los últimos años en sede de imágenes que de forma habitual permanecían en otros templos pero que, por los daños en los mismos, que impiden el acceso a los devotos, han sido trasladadas a Nuestra Señora de la Asunción con el fin de que puedan seguir siendo visitados. Es el caso de la Virgen del Carmen, desplazada desde la Ermita de la Almadraba, que sigue esperando la construcción de su nuevo templo tras la declaración en ruinas del antiguo, o del Cristo de la Encrucijada y la Virgen de las Lágrimas, que permanecen también en la Catedral tras el derrumbe de parte de la cubierta de la Iglesia de San José, en Hadú, en enero del pasado 2022. La presencia de estas imágenes incrementa el número de personas que pasan por una Catedral que, a día de hoy, no da la imagen que se merece, ni para los fieles que acuden de forma habitual, ni para los turistas que la visitan para conocer el rico patrimonio ceutí
