lunes. 29.04.2024

Andaluz: cualquier día menos hoy

Como Próspero Merimée y tantos otros escritores románticos, como Orson Welles y Ernest Heminghway me declaro públicamente un enamorado de Ronda: ese óleo hecho pueblo sobre un puente mágico en el corazón de la provincia de Málaga. Como el poema de Icaza también siento compasión infinita por aquel que tenga la desgracia de ser ciego en Granada, acaso la ciudad más hermosa de España. Parte de mi infancia es gaditana: más allá de ir o no por febrero -el mes que menos he transitado por Cádiz, dicho sea de paso-, muchos de mis pasjaes de niñez me llevan a reuniones familiares en La Victoria, Avefría o los recuerdos de mi padre al pasar por Portería de Capuchinos, donde el pasó parte de su infancia.

Si desde algún lugar me gustaría ver el mundo sería desde el lomo de Platero. Podría hablar horas de Triana -también del barrio- o de esa Huelva que como dijo el poeta es fresca, dulce y natural; de la Córdoba de tantos caminos y el Jaen de los campos lunares. De la Almería que es huerta de Europa. Y si: Paco de Lucía, Camarón, Rocío Jurado, Mariana Pineda. Jesús Quintero, etc. El carnaval, la semana santa, la gastronomía, la forma de ver la vida...

Pero en cualquier día, menos hoy. Partiendo de que el sur es algo más que una demarcación geográfica, hoy es el día en que menos apego tengo por Andalucía. Por la Andalucía institucional, de medallas, discursos y homenajes; sus gentes me son tan cercanas como ayer. Hoy se cumplen años de un  referéndum, el del 28 de febrero, al que los andaluces llegaron como punto culminante de unas negociaciones en las que por el camino sobraban Ceuta y Melilla. Los cálculos electorales de dos personas así lo vislumbraron: si las hoy ciudades autónomas eran proclives a la UCD, debían quedarse fuera. Así se hizo. Esas dos personas, para que conste en acta, se llaman Felipe González Márquez Alfonso Guerra González. Del ceutí Manuel Chaves González, otro de los de la histórica foto de la tortilla, tampoco hay constancia de que dijera mucho más en contra.

Por tanto, hoy no es mi día. Nací en lo que era entonces provincia de Cádiz, pero Andalucía se desentendió de mi tierra durante décadas. A veces, ver a ceutíes reclamando su andalucismo en el 28 de Febrero me recuerda aquel pasaje de 'Los Santos Inocentes' en el que la familia de Paco "El Bajo" aplaude al niño de los marqueses que acaba de hacer la comunión.

No. Moreno Bonilla no es mi presidente. Le tengo la misma lealtad y respeto que al de Cantabria o La Rioja. Dicho lo cual, no se como se llaman ninguno de estos dos. Mañana mi habla seguirá siendo andaluza, mi gastronomía andaluza y buena parte de mis costumbres, también. Pero hoy no es mi día. Yo soy la niña que se escapó de su madre y bajó a la orilla, soy la columna de Hércules, la cuna del más grande de los geógrafos, la ciudad que le puso puertas al campo, corta el tiempo con un cañonazo y levanta fosos en el cruce de los mares. Con eso  y con ver el sol desde San Antonio derretirse sobre el Estrecho, la perla entre el pecho y la garganta del mundo, me basta en días como hoy.

Sea por Ceuta, Andalucía, España y la Humanidad

Andaluz: cualquier día menos hoy